Relata el pataki nacido en Ogbe Otura la existencia de un religioso que siempre permanecía en su hogar, donde recibía a sus hermanos para juntos estudiar Ifá, con el objetivo de proporcionar una mejor vida a sus semejantes para que estos obtuvieran la bendición de Olofin y los demás Orishas.
Pataki donde se traza un camino durante un año como Ley para los habitantes de la Tierra
Un día Kawó Silé visitó el hogar del oluo y al encontrarse la reunión y conocer los objetivos de los encuentros que sesionaban en dicha casa se sintió complacido al conocer que los sacerdotes de Ifá deseaban el bien de la humanidad.
Entonces decidió darles algunos consejos a los babalawos para hacer más fácil su misión.
El Orisha dueño de la música y los tambores Batá les indicó a estos la tarea de elaborar un documento por el que los humanos pudiesen regirse durante el período de un año.
Ley que debía acompañarse de algunos sacrificios de animales y otras ofrendas con el fin de obtener la bendición de Olofin, Olorun y Olodumare.
Los babalawos escucharon atentamente las palabras de Kawó Silé pero se sentían temerosos de desarrollar el nuevo proyecto por lo que el anfitrión decidió presentarse personalmente ante Olofin para consultarle la empresa.
Como transcurría el mes de junio y las cosechas eran abundantes los oluos decidieron enviar con su emisario una ofrenda para honrarlos y poco a poco fueron llenando una canasta con la que el babalawo designado ascendió al cielo.
Para traer iré a la tierra y guiar a los hombres se instauró la Apertura del Año
Cuando el sacerdote de Ifá llegó al reino de los cielos y estuvo en la presencia de los Orishas se arrodilló ante ellos como muestra de respeto.
Acto seguido le pidieron que explicara qué lo traía hasta su palacio, este comenzó a exponer el plan elaborado por Kawó Silé y las deidades estuvieron de acuerdo.
De esta forma Olofin, Olorun y Olodumare le entregaron a los babalawos la potestad de llevar a cabo la ceremonia de apertura del año con el fin de traer la prosperidad y el iré hacia la tierra y de esta manera reportar beneficios a la humanidad.
Registrándose esta ceremonia en el odun Ogbe Otura para realizarla en el tiempo en que las cosechas eran abundantes y prósperas.
Desde ese día nació la tradición de que los religiosos le propiciaran una ofrenda a la tierra cada doce meses donde debían incluirse la presencia de animales, miniestras, frutas y hortalizas.