Encontré este refrán en alguna parte del camino durante mis primeros años de religión, sin embargo, fue hasta que se presentaron las primeras adversidades que realmente le di un sentido vivencial.
Ifá nos enseña en Otura Nico, que la belleza más refinada de un religioso es la sabiduría. Lo que no entendemos es que el conocimiento es solo una parte de la sabiduría, y como nos dice Ogbe Di, el conocimiento está repartido.
Llegamos a los pies de los Orishas por diversas razones, todos en busca de un crecimiento. No nos percatamos que todo comienza con una decisión, el mismo oddun Ogbe Di nos enseña que nos arrodillamos al pie de Oloddumare para escoger nuestro destino antes de venir a este mundo, en algún punto del viaje perdemos la conciencia de estas elecciones por las embestidas de Elenini como nos lo relata el Oddun Iroso Meyi y somos encerrados en este cuerpo físico sin conciencia de hacia donde debemos ir, como nos lo relata el Oddun Ogbe Yono.
Buscamos en los Orishas la guía que nos lleve a la prosperidad y a prosperidad, pero como seguimos caminando en penumbras ávidos de conocimiento de hacia donde debemos ir, porque hemos olvidado nuestro propósito y nuestros dones como lo dice el Oddun Ogunda Dio, entonces andamos caminando sin fe como dice Iwory Yekun, dejando huellas en un andar aleatorio.
Pero son los Orishas quienes a través de las distintas circunstancias que nos van poniendo como prueba, como lo establece el Oddun Obara Wereko, que van haciendo despertar esa llama de conciencia casi extinta que habita en cada uno de nosotros. A la medida que los Orishas nos van despertando dejamos de ser hojas sueltas en el viento, a la medida que los Orishas nos van dando las herramientas necesarias dejamos de temerle a la oscuridad que habita en nuestra conciencia, y comenzamos como gatos a ver en la oscuridad nos dice el Oddun Ojuani Meyi, es en ese momento que nuestra espiritualidad restaura el poder de nuestra cabeza, recordándole a esa mareada conciencia que la cabeza rige al cuerpo como lo dice el Oddun Eyiogbe. En este punto de nuestra vida el conocimiento se ha vuelto vivencial, ha dejado de ser teoría y sabemos por experiencia a donde tenemos que ir.
La sabiduría es un proceso que nace con el conocimiento pero que es filtrada por el entendimiento, para entender, tenemos que aplicar. Nada hacemos con conocer de memoria diez historias de cada Oddun si no aplicamos ninguna en el momento que es necesario, solo la aplicación del conocimiento nos llevará al entendimiento.
Somos el resultado de diversos detalles como nos lo revela el Oddun Iwory Meyi, pero debemos depurar todo lo perjudicial de nuestra mente, todo eso que nos limita, sacar la basura como dice Obara She para que se dé el proceso de depuración de nuestra conciencia como lo establece el Oddun Otrupon Meyi, solo así se iniciará ese viaje a la evolución que estamos buscando, y todo esto hace parte del proceso de despertar de la conciencia, no podemos conseguir la sabiduría sentados en nuestra zona de confort, esta religión trata de un viaje de mejoramiento continuo que inicia con la semilla del conocimiento pero que se requiere una tierra fértil para que genere los retoños que permitan dar vida a ese árbol que en algún momento debería darnos frutos, pero hay que saber cual semilla sembrar, como nos relata Ogbe Ate hay que saber escoger la semilla que implantaremos en nuestra conciencia, como lo hacía Orishaoko que al ver la semilla sabía si valía la pena sembrarla o no.
No todo conocimiento te llevará a cumplir tu destino, como dice el mismo Ogbe, si la mejor forma de no saber nada es querer saberlo todo al mismo tiempo, estamos demasiado apresurados para crecer y así cortamos el proceso de maduración y los frutos que conseguimos de estos pueden ser agrios o desabridos. Todos tenemos tiempos diferentes, el proceso de maduración de conocimiento debe ser el preciso para cada uno de nosotros, pero la premura nos lleva a querer andar solos y en esta filosofía de los Orishas la aguja lleva el hilo como dice Oshe Meyi, el mayor autoriza al menor como dice Oyekun Meyi y no se puede conseguir conocimiento, ni entendimiento y mucho menos sabiduría si rompemos la cadena de enseñanza que establece el Oddun Obara Meyi.
Ifá nos enseña en Oshe Paure que hacemos de nuestra vida un saco y la guindamos en el gancho de nuestra preferencia, pero queremos vivir Osa Ika pretendiendo que el plato que nosotros rompimos lo pague otro. Somos cada uno de nosotros quien toma una elección, como dice Oshe Ika a donde mi cabeza piense allí estaré. Pero la vida tiene su propio tiempo y ese tiempo está resguardado por los Orishas, son ellos quienes nos van dando el conocimiento necesario para cada circunstancia y al mismo tiempo nos van ayudando a construir el rompecabezas que se llama destino personal. Pero la base siempre serán nuestras decisiones y lo que hagamos con el conocimiento que nos otorgan los Orishas. Debemos caminar hacia la sabiduría, no importa conseguirla o no, debemos caminar hacia ella para lograr entendimiento de la semilla que está germinando en nosotros, cuando entendamos esto estaremos realmente alineados con esa sabiduría universal que nos dio vida llamada Oloddumare y nuestra vida fluirá como el río porque habremos aprendido y entendido que no podemos evolucionar en este mundo sin haber formado parte de él.
Si has decidido emprender este viaje recuerda entonces que cada decisión cuenta, que debes aprender a buscar el conocimiento que germina de forma adecuada en ti, que este proceso no se logra sin la guía correcta, pero al final comerás solo frutos que hayas sembrado y su sabor dependerá de cómo hayas entendido el conocimiento que se te dio y de cómo lo aplicaste a tu vida y a tu entorno, recuerda siempre el que bien o mal hace para si hace.
Que la bendición de todos los Orishas siempre nos guíe y nos acompañe.
Autor del artículo: Ifá Ancestral
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