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La hipocresía nace en el odun Ejiogbe ¡Recibimos lo que merecemos!

Pataki de Olofi

Olofin el Orisha supremo habitaba en el reino de los cielos, desde su palacio velaba por la felicidad de todos sus hijos a los que procuraba según el merecimiento de cada cual.

Por este motivo recibía en su casa a muchos de sus descendientes, los que lo adulaban sin parar, ofreciéndole falsas muestras de cariño y consideración.

El padre los creía sinceros y fieles a su palabra, hecho que se encontraba muy lejos de la realidad, pues estos eran en su mayoría hipócritas, envidiosos y egoístas.

Pataki de cuando Ejiogbe demuestra a Olofi el engaño de sus hijos

En cierta ocasión cuando los súbditos estaban rindiendo excesiva pleitesía a Olofin uno de sus hijos llamado Ejiogbe, se percató de lo que sucedía y trató de alertar a su padre para que no siguiese viviendo engañado. 

Olofin ofendido le dijo a Ejiogbe que como era posible que él opinase así de sus hermanos, por lo que se disgustó con él y se negó a querer seguir escuchando tantas calumnias.

Ejiogbe no había quedado satisfecho con la respuesta que le había dado su padre por lo que a menudo insistía con el mismo tema.

Una mañana, cansado de tanta controversia Olofin expuso ante todos, el pensamiento de Ejiogbe por lo que preguntó a sus hijos si lo que planteaba su hermano era cierto o falso.

A lo que estos respondieron que lo amaban incondicionalmente pues sabían que su mandato era para su felicidad.

Ejiogbe busca pruebas para mostrar la verdad a su padre

Cuando todos se retiraron Ejiogbe volvió a comunicarle a Olofin que no estaba de acuerdo con lo planteado pues si entre ellos eran malos y se dañaban, como iban a poder venerarlo de esa forma a usted, por lo que juró buscar pruebas para demostrarlo.

Al día siguiente cuando algunos de los descendientes de Olofin fueron a adularlo como de costumbre Ejiogbe preparó una canasta llena de dinero y oro.

Antes de que todos se pusieran de rodillas para adorar al padre, Ejiogbe lanzó el dinero hacia Olofin y tuvo que apartarlo rápidamente, pues la muchedumbre enardecida con tal de agarrar el dinero y el oro iba a aplastarlo.

Estos se empujaban entre sí, llegando a pelearse por ver quien había recolectado más riquezas.

«Olofi otorga a cada cual lo que se merece»

Entonces a Olofin no le quedó más remedio que aceptar que muchos de sus descendientes poseían defectos, que eran avariciosos y egoístas y serían capaces de hacer lo que fuese por dinero.

Entonces cambió su perspectiva de la vida y comenzó a dar a cada cual solo lo que verdaderamente merecía.

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