¿Sabías que la calabaza le devolvió la belleza a Oshún? ≫ Pataki

Oshún, la Diosa del Amor y los Ríos, según las leyendas yorubas, es la única entre todos los dioses que puede abrir la calabaza, por lo que aquellos que practican la religión yoruba saben que deben respetar este fruto y que además es una excelente ofrenda para la deidad.

La sagrada calabaza:

Un patakí cuenta que todas las riquezas del mundo están encerradas en las calabazas, pues sus semillas llevaron joyas y riquezas como regalo de Olofin a Oshún.

Y es por ello que la verdura es sumamente utilizada para hacer ofrendas pidiendo prosperidad económica

Pero son muchas las leyendas yorubas que explican esa fascinación por las calabazas que siempre ha sentido la diosa de la femineidad, la más bella del panteón yoruba.

Ella tiene a la fruta como su protegida y por eso es sagrada para la orisha.

Muchos de los trabajos que se realizan con esta deidad, fundamentalmente para pedirle prosperidad, utilizan calabaza, y la verdura es integrante usual de sus ofrendas y addimús.

Pataki: Oshún y el fruto que le aplanaba el vientre

Cuenta este patakí que la bella Oshún había acabado de dar a luz a los Ibeyis y su cuerpo había perdido la forma agradable y tersa que ella tanto adoraba y que tanto gustaba a los hombres, debido al tiempo que había pasado gestando.

Ya su vientre no era plano y como diosa de la belleza al fin, Oshún le daba mucha importancia a su físico y se pasaba los días mirándose en el espejo sin cesar de llorar ni de buscar remedios para recuperar la belleza de su vientre.

Un buen día, se le ocurrió que comenzaría a aplanarse el vientre con un objeto redondo y fue al bosque buscando fruto que tuviera el tamaño y la forma adecuada para ello.

La Calabaza, la protegida de Oshún

Primero encontró la güira, pero tras varios días de uso, el fruto empezó a secarse y las semillas sonaban demasiado, perturbándola. Así que desistió de seguir usando la fruta.

Desesperanzada andaba Oshún caminando por el monte, cuando encontró un fruto parecido a la güira, pero amarillo, que era además su color preferido.

Como era redondo y agradable, comenzó a frotarse el vientre con él y resultó de su agrado. Entonces la Calabaza, le sirvió a Oshún y se convirtió en su protegida, pues la ayudó a recuperar la belleza de su figura.