Los plátanos, la ofrenda y fruta que Shangó prefiere en la Santería

Los religiosos yoruba saben que ante cualquier circunstancia esta fruta es buena para ofrendársela a Shangó, sobre todo esos chiquititos que se llaman plátanos manzanos, u otro tipo de fruto llamado plátano indio, que es medio rojizo en su cáscara.

Aunque si no tenemos plátanos a mano, podemos utilizar en su nombre otras frutas que también le agradan, como las manzanas rojas y el mamey, que untadas con manteca de corojo al lado de una copa de vino seco o vino tinto, recibirá con agrado.

En el panteón Yoruba Shangó es el dios de la candela y del baile, es un guerrero fuerte y valiente que no le teme a nada, su poder nos ayuda a enfrentar dificultades, vencer enemigos y atraer caminos abiertos.

¿Por qué se le ofrenda plátano a Shangó?

En Cuba se identifica por su color como: Plátano indio

Cuentan que el plátano domina los vientos, porque en su tronco se encierran los secretos de todos los dioses y de la naturaleza.

Un día el adivino de Ifá Orunmila recibió el poder de controlar los vientos y en eso estaba cuando vio un hermoso racimo que colgaba de un platanazo corto.

Entonces, se lo llevó de regalo a su hermano Shangó y este quedó tan encantado, que no perdona a sus hijos si tocan un solo plátano del racimo que le presentan como ofrenda.

Para los seguidores yoruba, el plátano no es solo un alimento, sino también un elemento esencial y poderoso para hacer el Ebbó (limpieza de purificación espiritual).

Y tanto le gusta esta fruta a Shangó, que siempre para sus ofrendas pide Ogguede (plátano) antes que akuko (gallo) y ayakua (jicotea).

Un ritual con plátanos para agradecerle a Shangó

Podemos agradecerle a Shangó mediante diversos rituales y rezos, por sus bendiciones y su ayuda para atravesar problemáticas y obstáculos.

Por ejemplo, uno de los rituales para agradecer y pedir a Shangó aconseja:

Amarrar seis plátanos verdes con una cinta de color rojo, que es su tono representativo.
Colocarlos así con mucho respeto sobre un plato blanco.
Encender dos velas blancas o rojas en otro plato blanco y colocarlo justo al lado de los frutos de ofrenda.
Debe ubicar este ofrecimiento en un lugar apartado de la casa y luego de 6 días, enterrarlo al pie de un árbol frondoso.

Recordemos que este tipo de rituales se complementan con rezos de agradecimiento dedicados a Shangó, para que la deidad nos escuche y se haga presente, y venga en nuestra ayuda cuando tengamos necesidad.