Alguien a quien amo con todo mi corazón, un día me preguntó la razón por la que decidí hacerme Osha, y ello me hizo reflexionar.
Hace algunos años, cuando aún no conocía nada sobre nuestra religión, la enfermedad me golpeó inesperadamente. Los motivos de salud fueron los que me impulsaron a buscar un remedio para aliviar mis dolores. Visité muchos médicos, pero no mejoraba, no había un diagnóstico real que indicara lo que le sucedía a mi cuerpo.
Mi madre Oshún siempre me protegió, incluso antes de conocerla.
Circunstancias de la vida y del destino decidieron que mi esposo conociera de manera casual a mi padrino, como suelo decir, el universo me lo envió.
Mi padrino actuó rápidamente para que mi salud mejorara, entonces recibí los guerreros y kofá (mano de Orula), y supe que la bella Oshún era mi Ángel de la Guarda, que ella era quien me protegía y amparaba mis pasos y que debía recibirla con el tiempo.
Mis Orishas me devolvieron la salud.
Pasaron los años, pero volví a enfermar y recibí Olokun, una gran bendición que ha traído a mi vida muchas cosas buenas y restableció mi salud, en cuerpo, alma y espíritu. Por fin, tomé la decisión de prepararme para recibir Osha.
Encontramos a nuestros Orishas cuando los buscamos de todo corazón.
En mi camino religioso, he aprendido que muchos reciben Osha por salud, algunos han nacido en el seno de familias religiosas, mientras otros van a consultarse y se lo marcan en el destino, pero algo que ha dejado huellas en la historia de nuestra religión es hacerse Osha por moda o estilo de vida (lo cual me parece muy irrespetuoso), en fin, cada religioso entra a esta maravillosa forma de vida y de ser por diferentes motivos y razones.
El camino fue difícil pero mi recompensa fue mayor.
Después de entrar en la religión, una inquieta curiosidad se apoderó de mí, comencé a prepararme y estudiar sobre la historia que rodeaba a esta hermosa religión, mi deseo era recibir conocimientos en el plano personal y religioso, porque soy de la opinión que todo tiene un porqué y aunque el saber es un océano inmenso, esperaba de gota en gota, una explicación para entender el misterioso, sagrado y ancestral mundo de los Orishas, me imagino lo tediosa que sería yo claro está a todo preguntaba por qué era esto y por qué lo otro.
Las enseñanzas de mis Orishas han transformado mi vida.
Con el tiempo se engrandecía el sentimiento inmenso que los Santos me brindaban, la fe, el amor, el conocimiento y mucha paciencia crecían en mi vida. Adentrándome en este mundo maravilloso que respeto, comprendí tantas cosas de la vida, la enseñanza de cada paso ha marcado mi historia. Además, soy muy privilegiada y cada día lo agradezco porque cuento con el apoyo de mi madrina que ha sido un soporte vital en este camino.
Busca en tu corazón.
Yo solo pido de corazón y aconsejo a todos, que antes de hacerse Santo mediten pausadamente, reflexionen, intenten buscar dentro de su ser la verdadera razón, debemos ser sinceros con nosotros mismos y entender el porqué de las decisiones que tomamos. Encuentre en su corazón la respuesta, y allí estará.
Una experiencia maravillosa.
Alguien me preguntó una vez ¿cómo pude estar un año vestida de blanco, sin mirarme en un espejo, con la cabeza rapada, salir a la calle y regresar a horas determinadas, comiendo en esteras y respetar ciertas reglas diferentes a nuestra cotidianidad que como iyawo (recién iniciado) debemos cumplir? y respondí: pude gracias al amor por mi religión; esta persona me dijo que haber pasado por todo eso era un gran sacrificio, pero de corazón digo que para mí no lo fue, mi experiencia fue algo bello que disfruté al máximo, con respeto y humildad, pero sobre todas las cosas, con muchísima fe.
Mi humilde consejo para quienes se encuentran en el camino…
Mi consejo siempre es, si usted decide acercarse al mundo de nuestros poderosos Orishas, hágalo, pero acepte el sacrificio, responsabilidad y respeto que ello conlleva. Acéptelo, y prepare su mente y su corazón para enfrentar cambios en su vida, es una decisión verdaderamente importante para la cual no todos están preparados, incluso tal vez hoy no sea el momento indicado para usted porque no posee el crecimiento espiritual que se necesita, pero mañana puede serlo.
Ser buen religioso está en el corazón.
No piense que porque no tenga Osha será menos religioso, menos espiritual o menos entregado, no será menos que nadie, peor es si usted se adentra a este maravilloso mundo y se comporta inadecuada e irrespetuosamente hacia los Orishas.
Mi gratitud hacia mis Orishas es infinita.
Hacerme santo, fue la luz en la oscuridad, la sanación de mi enfermedad, fue vida, protección y quietud. La Osha me permitió cambiar, aceptarme, quererme, me enseñó a respetarme, a entenderme. Sentirme protegida por mis Orishas, me brindó la oportunidad que creía perdida, porque fue sin dudas un mar de paz y fe para mi vida.