Ningún Orisha conoce los secretos que atesoran las entrañas de la tierra tan bien como Ogún, pues proviene de ellas, de él brotan el coraje, las tácticas de combate y la determinación, virtudes de un guerrero que le permiten tomar la justicia por sus propias manos sin flaquear en el acto.
No es difícil imaginarlo como un hombre fornido, forjado de puro hierro, pues precisamente de este elemento natural se compone casi en su totalidad.
Ogún, guerrero de combate y justicia
Oggún en su traducción del Yoruba significa tragedia, combate y guerra, se dice que está siempre preparado para guerrear por sus hijos y defender las causas justas y nobles.
Protege a los ejércitos y es celoso guardián de las entradas de los hogares.
Esta deidad representa la fuerza bruta y el amor bélico, impulso de energía que hace al hombre alcanzar los confines de lo imposible para lograr sus propósitos si fuese necesario.
Habita en los montes y en las líneas del ferrocarril siendo el machete su instrumento de trabajo predilecto, pues no solo lo emplea para guerrear también lo utiliza para abrirse camino entre el espesor de la manigua.
Sincretismo con Santos valientes
Su festividad se celebra el 23 de abril cada año. Se sincretiza con San Pedro, por portar este en sus manos la llave de hierro que abre el paso de las almas hacia el reino de los cielos, de igual forma se identifica con San Jorge por haberse enfrentado en combate a dragones siendo apodado por tales actos como el invencible.
Numerosas fuentes lo relacionan con San Miguel Arcángel, por ser ambos santos guerreros.
Es reconocido en el Palo Mayombe como Zarabanda, siendo esta una de las religiones más antiguas del mundo, la cual tuvo sus orígenes en el Congo.
La Ganga lo muestra como Ajuaggún, mientras que la secta Abakuá lo nombra Sotemí, aunque es invocado en el vudú haitiano bajo el apodo de Santiago el Mayor.
Este Orisha es el dueño del trabajo duro, del hierro y de todos los instrumentos elaborados con este material.
Atributos y ofrendas al Orisha de hierro
Es el patrón de los herreros y los médicos cirujanos, siendo el dueño del salón de operaciones, posee la responsabilidad de velar espiritualmente porque las intervenciones quirúrgicas tengan un resultado exitoso.
Dentro de sus intervenciones en la medicina exotérica encontramos el arte de dominar el recorrido de la energía vital que viaja por varios puntos del cuerpo humano.
Su número es el tres y su día de la semana el martes, señalando en el almanaque este momento como propicio para venerarlo.
Se le ofrendan en sacrificio animales, siendo su favorito el perro, se le pueden tributar flores, velas, cocos y demás frutas, así como manteca de corojo, miel y maíz tostado.
Es un Orisha agradecido pues para él lo más importante es la acción no el costo de la ofrenda, siendo reconocido en sí mismo como la encarnación del propio sacrificio.
Su forma de bailar es peculiar pues realiza piruetas en el aire desenvainando su machete al compás de los tambores, seguido de fuertes pasos que se sincronizan entre sí como si se preparase para partir al campo de batalla en cualquier momento.
