- Al final del artículo compartimos el video documental.
Inmensa es la fe que rodea el culto y la veneración a San Lázaro en Cuba.
Tradiciones antiguas y rituales familiares acompañan las celebraciones del santo, cada 17 de diciembre.
El documental “En ti pongo mi fe”, recoge las experiencias en el peregrinar de los feligreses al Santuario Nacional en El Rincón, que se inicia el 16 de diciembre y perdura hasta la noche del 17.
La fuerza religiosa, la fe en el milagro y las promesas para honrar y agradecer al santo responden a numerosas cuestiones que han venido ganando espacio entre las tradiciones religiosas y culturales del pueblo cubano.
Pero, ¿cómo llegó a Cuba el culto a San Lázaro?
La devoción a San Lázaro, indican especialistas, arribó a la Isla en tiempos coloniales, desde España.
Los colonos veneraban al San Lázaro de Betania del santoral católico, presentado por el Evangelio como amigo de Jesús, hermano de Marta y María y resucitado por Dios.
El San Lázaro que los españoles trajeron a Cuba fue el reconocido por la Iglesia de Marsella como primer obispo de esa ciudad.
¿Por qué se hizo tan popular la devoción a San Lázaro?
Los historiadores indican que en España había muchos lazarinos, dígase de aquellos que padecían del llamado mal de San Lázaro, la lepra.
Y pronto comenzó a extenderse una leyenda que indicaba que en Cuba existían condiciones para curar esa terrible enfermedad.
La creencia popular decía que la sangre de las tortugas que anidaban en muchas playas de la Isla, era la cura para la lepra, por lo que muchos enfermos llegaron al país trayendo la adoración a San Lázaro y esperando un milagro.
Aunque dicha cura por supuesto, solo fue una leyenda, el culto a San Lázaro milagroso permaneció en la población y se hizo más fuerte con el proceso de sincretismo que unió los cultos yorubas a las creencias católicas.
¿Cuál es el San Lázaro que se adora en Cuba?
En el San Lázaro que adoran los cubanos, se da la confluencia de varios factores religiosos.
Por ejemplo, la Iglesia católica reconoce a Lázaro de Betania y a Lázaro, el protagonista de la parábola del rico y el pobre, que cuenta Jesús como una forma de hacer llegar una moraleja a sus discípulos y seguidores.
Uno de esos Lázaro, era el pobre mendigo enfermo lleno de llagas al que seguían varios perros para lamer sus heridas.
Esas dos figuras junto a Babalú Ayé, Orisha yoruba de las pestes y las enfermedades, conformaron un sincretismo que dio lugar al culto popular cubano de San Lázaro, el milagroso protector que lleva muletas, al que el pueblo le pide el milagro de la sanación.
¿Qué caracteriza la veneración en honor a San Lázaro?
El culto a San Lázaro en Cuba se caracteriza fundamentalmente por la peregrinación, pues en casi todas las religiones existen lugares sagrados a los que se trasladan los devotos, generalmente a pie, para encontrarse con la deidad y recibir sus bendiciones.
Miles de cubanos acuden cada año a la peregrinación hasta el Santuario ubicado en El Rincón, en el municipio habanero de Boyeros.
Muchos van a agradecer a San Lázaro sus bendiciones y milagros llevando ofrendas, flores, velas e incluso pagan sus promesas mediante flagelaciones.
Algunos han pasado más de 10 años cumpliendo una promesa hecha al santo y agradeciéndole su ayuda, y creen fervientemente en la efectividad de pedirle un milagro a la deidad.
Incluso, y aunque muchos devotos no conocen la historia de San Lázaro, alegan que es una tradición en su familia venerar y homenajear al milagroso protector y cumplen todo tipo de promesas hechas al santo en aras de que guíe su vida y aleje los males.
¿Por qué el sincretismo con Babalú Ayé?
Cuenta el patakí que Babalú Ayé debía respetar a las mujeres un día a la semana, así lo estableció Olofin. Si no lo hacía, le advirtió que le caería una fuerte maldición.
Pero Babalú Ayé no hizo caso de la advertencia y al otro día, amaneció con el cuerpo lleno de llagas dolorosas.
Cuentan que sus únicos compañeros fueron los perros, que le hablaban y le aliviaban los dolores de las llagas, lamiéndolas. Al final, Babalú Ayé murió debido a su enfermedad.
Pero la bella Oshún sintió mucha lástima y pidió a Olofin que lo perdonara.
Así, Babalú Ayé resucitó y cambió completamente su manera de vivir, dedicando sus esfuerzos a curar enfermedades y a ayudar a los desfavorecidos.
El sincretismo entre San Lázaro y Babalú Ayé se ha dado debido a los elementos representativos del culto que son comunes para ambas deidades.
Además, el sacrificio y la fe en el milagro prevalecen en la veneración dirigida a los santos.
Babalú Ayé concede grandes favores, pero se le debe atender siempre, porque siempre cobra.
Por ello además de la adoración que sienten por él, los devotos yorubas muestran un inmenso respeto e incluso temor en la veneración a este Orisha.
Virtudes y promesas recorren los devotos del viejito
La paciencia, el sufrimiento y la enfermedad en carne propia, son algunos de los elementos que han hecho la figura de San Lázaro, más cercana a los devotos.
La inmensa fe en quien padeciera los rigores de la enfermedad y los dolores, ayuda a los creyentes a confiar en los milagros del santo, según muchos de ellos mismos lo han expresado.
Por ello se hacen fuertes promesas que como indican muchos religiosos, pueden ser motivo de consternación para aquellos que no comparten la creencia o no la conocen.
Pero cuando se conversa con esas personas que decidieron cargar pesos inmensos, acudir de rodillas o arrastrarse hasta las puertas del santuario, se reconoce que su creencia es digna de respeto y que conlleva un tremendo sentido del sacrificio y la voluntad.
Cuando se escuchan las historias detrás de las promesas de miles, se conocen las difíciles encrucijadas y circunstancias que muchos afrontan y que es en la fe donde encuentran el cobijo para seguir adelante.
