Ogbe Osa se encontraba recorriendo varias tierras del mundo en búsqueda de perfeccionar sus conocimientos sobre hierbas y medicina natural, hasta que llegó al reino de Olofin.
En este paraje de singular belleza decidió asentarse antes de continuar sus aventuras.
Pataki donde Olofi recibe la sanación gracias a las propiedades de una planta
Al llegar a este se percató que el Orisha estaba enfermo, padeciendo de dolores oculares y testiculares intensos que no aliviaban con nada.
El mismo había sido tratado por muchos curanderos sin éxito.
Y ya cansado de que probaran todo tipo de remedios con su persona, dispuso de la exigencia de que el próximo médico que viniese a curarlo si se equivocaba en su desempeño le costaría la vida, ofreciendo por otra parte riquezas y posesiones a quien sí lograse salvarlo.
Ogbe Osa dormía plácidamente debajo de un árbol, de repente su descanso se vio perturbado por el canto de unos pájaros que pregonaban las propiedades del Jaboncillo para curar dolencias.
Las aves llegaron a sugerirle a Ogbe Osa que empleara las hojas de este árbol para tratar a Olofin.
Ogbe Osa se dispone a curar a Olofi con las bondades del Jaboncillo
El curandero analizó la sugerencia que había recibido y comenzó a recolectar las hojas del Jaboncillo con el fin de preparar con estas un ungüento para tratar a Olofin.
Una vez estuvo listo el preparado, Ogbe Osa caminó al palacio temeroso por su vida, pero pensando en todos los bienes que obtendría si erradicaba la dolencia del Orisha.
Después de explicar sus intenciones los guardianes de Olofin lo dejaron entrar en la recamara.
El Orisha explicó al curandero nuevamente los términos que este había dictaminado para que luego no existieran arrepentimientos, a lo que Ogbe Osa estuvo de acuerdo.
El Supremo recompensa al curandero ¡Si hacemos el bien, Olofin nos dará su bendición!
Varios días posteriores al tratamiento con el Jaboncillo hicieron que Olofin se recuperara completamente de su padecimiento por lo que Ogbe Osa fue merecedor de todos los lujos y riquezas que le Orisha había prometido.
Y este, quien se encontraba satisfecho con la labor del curandero cumplió a cabalidad lo prometido.
Olofin lo coronó como rey en unas tierras cercanas a las suyas donde fue dotado de una gran fortuna.
Ogbe Osa fue un buen rey para su pueblo quien se dedicó a fomentar la importancia del estudio de las hierbas medicinales.
En este reino vivió el resto de su existencia logrando formar una familia feliz y numerosa, la cual siempre estuvo provista de la bendición directa de Olofin.