Naná Burukú: espiritualidad y energía superior.
Naná Burukú es una orisha mayor del panteón yoruba, diosa de los misterios, venerada por su gran poder espiritual.
Es una deidad que ama mucho a sus hijos, los cuida y los ayuda en las actividades que estos desarrollan en la tierra. Nanú, como también es llamada, representa una energía superior femenina que simboliza la sustancia primordial del universo.
Es una Orisha que posee una gran espiritualidad desde tiempos remotos y se personifica en ambos sexos, puede ser hembra o macho.
Deidad ancestral en diferentes cultos:
En nuestro país su culto ha sido considerado de diferentes formas por los descendientes de los arará y de los yorubas.
El culto de origen arará la considera madre de Babalú Ayé, incluso, hasta uno de sus caminos. La simbolizan como una deidad misteriosa y terrible que vive en forma de majá, en ríos, manantiales y cañas bravas.
El culto de origen yoruba la considera Madre de Dios y abuela de todos los Orishas, quien da fortaleza a la cabeza de la persona y es mediadora entre la vida y la muerte.
En la naturaleza:
Se puede invocar en varios lugares: en ojos de agua, lagunas, pocetas y desembocaduras de ríos, aunque en los sábados Santos se le puede llamar en los pozos.
No se alimenta de la sangre de los animales que se le ofrecen, sino de su espíritu. Cuando baja a la tierra tiembla y babea, su poder y energía es majestuosa.
Atributos, sincretización y saludo:
Se le representa por un triángulo isósceles que se cubre con yeso y humo de tabaco.
No soporta a Oggún porque le faltó el respeto, por eso en sus ceremonias no se utiliza cuchillos de metal, sino un cuchillo de caña brava.
Se sincretiza con Santa Ana, madre de la Virgen María, y su fiesta es el veintiséis de julio.
Su número es el 10 y sus múltiplos, sus colores son el blanco y el azul y se saluda ¡Maferefun Nana, Saluba!
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