1. Una competencia sin fe.
Actualmente se evidencia competitividad en nuestra religión, algo que está muy mal hecho y que va en contra de nuestra ética como religiosos.
Todos por igual, tenemos un Ángel de la Guarda que nos cuida y protege, también espíritus protectores.
Dice un refrán:
Apliquemos esta enseñanza a nosotros mismos y no compitamos, seamos capaces de llevar nuestra religión con buena conducta, amor y fe.
2. No hay mala religión, sino malos religiosos.
Muchos santeros se someten a hacer obras y ceremonias sin el conocimiento necesario provocando malas vibras y resultados negativos para quien se consulta o se consagra.
Es importante preguntar, documentarse, y encontrar las respuestas adecuadas, de lo contrario se debe permanecer en silencio ante lo desconocido y evitar hacer prácticas que no honren la religión.
Siempre debemos practicar la honradez y el respeto, recuerde que:
Esfuérzate por los demás, los Orishas no olvidan, toda obra y palabra en bien del otro regresará a ti como bendición.
3. Una moda en malos pasos.
Nuestra religión crece cada día, pero también han aumentado las consagraciones por puro estilo y moda.
La religión se respeta, yo creo es la frase que más repito, porque me da mucho coraje la mala conducta y falta de religiosidad, y lo peor es que muchos mayores lo conocen y lo permiten.
Hay que evitar desgracias el día de mañana con la típica excusa «no lo dijeron en Itá», recordar que nuestro comportamiento se refleja en el destino.
Debemos cumplir y ser buenos religiosos, de nosotros depende el futuro que nos aguarda.
4. Consultas religiosas basadas en el engaño.
Desgraciadamente en la actualidad muchos dudan sobre la seriedad de la persona que realiza trabajos religiosos en un momento determinado (espiritistas, babalawo, oriates u otros).
Recuerdo que antes, al consultarme no tenía dudas al hacerlo, pero inconcebible y desgraciadamente estamos viviendo momentos en los que ir a atenderse conlleva una verdadera investigación.
Reina la falta de moral y ética religiosa, tantos que defraudan y se ríen de nuestras creencias, desacreditando la religiosidad en nuestros Orishas y en nuestra fe.