Shangó es la más pura energía y la pasión desbordada. Gobierna los relámpagos, los truenos, el fuego, los tambores y la danza.
Es un orisha guerrero de inteligencia e ingenio agudo, temperamento irascible y está caracterizado como la virilidad en todo su sentido.
Y como tal es el baile de Shangó, una representación viril y masculina, enérgica y posesiva. Es la pasión despierta y las ansias de batalla.
No hay devoto que no conozca la forma típica de bailar para homenajear a este santo. Una danza violenta y fuerte en todo el sentido de la palabra, donde el rojo se corona como el color de desafío y batalla.
Shangó, el Orisha de la danza
Changó es también el dios de la danza y la música y dueño de los tambores Batá, Wemileres, Ilú Batá o Bembés.
Nada mejor para agradarle a la deidad que representar la danza de El Señor de los Truenos, con esa alegría de vivir, la intensidad de la vida, la belleza masculina y la pasión.
En el baile de Shangó, se golpea la cabeza y se da tres vueltas de carnero hacia los tambores. El bailarín abre los ojos desmesuradamente y saca su lengua.
Los movimientos característicos de su baile constituyen blandir el hacha y agarrarse los testículos, en plena manifestación masculina.
Es la viva imagen de la energía, con una danza violenta acompañada de gestos extraños.
Los bailes de Shangó suelen ser de guerrero o eróticos. Puede blandir su hacha y hacer gestos amenazadores, hasta actuar de forma lasciva con las mujeres de la audiencia.
Los bailadores para presentar su devoción, imitan sus movimientos y su contoneo sexual.
Tradición de la danza de Shangó
Muchos son los grupos danzarios que representan la danza de Shangó y que adoptan al santo como su figura principal.
Es un ejemplo, Shangó Baila “El Origen», Encuentro Internacional de Ritmos y Bailes Cubanos, que es el Festival de Referencia de la Cultura Popular Tradicional Cubana más importante de Europa, desarrollado en Madrid desde el año 2015.
El evento está destinado a dar conocer las raíces de la Cultura Popular Tradicional Cubana y crear puentes y lazos culturales entre España, Cuba y Latinoamérica.
En dicho festival, los bailarines honran a los Orishas, fundamentalmente a Shangó, dedicándole sus danzas.