Un babalawo regido por el odun Ogbe Oche vivía muy atrasado, pasando muchas carencias por lo que fue a casa de Orunmila para que este lo consultara y con la ayuda de Ifá intentar cambiar su suerte.
El gran adivino le marcó la realización de un ebbó el que pudo realizar con muchos sacrificios.
Pataki donde se regresa a la pobreza por codicia
De regreso a su casa vio por el camino una manada de Venados que corrían libremente por el bosque, este los siguió hasta llegar a un barranco donde apreció como los venados pronunciaban un rezo y poco a poco se iban lanzando al vacío y desaparecían sin dejar rastro.
De repente Ogbe Oche sintió la voz de Elegguá quien lo exhortaba a pronunciar el mismo rezo que los venados y a lanzarse por el mismo barranco.
El oluo que tenía mucha fe en Elegguá confió en su palabra y así lo hizo.
Luego de lanzarse cayó sobre un montículo de piedras preciosas y monedas de oro, al apreciar el panorama que lo rodeaba se percató que se encontraba en un plano mágico donde abundaban los tesoros.
Asombrado por tanta abundancia comenzó a tomar todo lo que pudo, de regreso a su casa compartió con su esposa su pequeña fortuna.
El babalawo cambia su suerte gracias al Ebbó y el consejo de Eleguá
Esta quedó sorprendida y comenzó a interrogarlo, pues quería saber dónde su cónyuge había obtenido el oro y las piedras preciosas.
Este permaneció en silencio y fue a dormir, a la mañana siguiente la mujer se escondió en el morral y lo acompañó en secreto hasta el barranco.
Una vez allí esta prestó atención a cada uno de los movimientos de su marido, cuando este saltó al vació la mujer salió del morral y se acercó asustada para ver si algo le había sucedido a su esposo.
¡El ojo del avaro no se satisface nunca!
Tiempo después mientras esta aguardaba escondida entre los arbustos vio salir a su esposo cargando muchas monedas de oro.
Entonces esperó a que él se marchara y trató de imitar sus pasos, logrando entrar en el plano donde abundaban las riquezas.
De repente cuando esta se encontraba recolectando las esmeraldas llegaron los venados y la hicieron prisionera.
Al paso de los días su esposo comenzó a preguntarse de su paradero y salió a buscarla.
En medio del camino este encontró a los venados quienes le informaron que habían retenido a su esposa por avariciosa.
- Ogbe Che suplicó que no mataran a su esposa viéndose obligado a devolver todas las riquezas que había obtenido.