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Dorotea Piqué: La conciencia tranquila es una fuente inagotable de iré

Dorotea Piqué

Dorotea Bárbara Piqué Florence fue una matancera de pura cepa, fiel practicante de la religión yoruba, una santera que participó en infinidades de consagraciones religiosas.

Coronó Shangó en la Osha en 1960 y a partir de ahí comenzó a desenvolverse dentro de un pueblo religioso que estaba esperando por ella para evolucionar.

Dorotea Piqué: Los ojos de Shangó

Su nombre de santo era los ojos de Shangó y buenos ojos siempre tuvo para discernir las intenciones de las personas que la rodeaban, tal es así que entre sus virtudes se encontraba la selectividad.

No toleraba el desorden, ni la falta de pulcritud en el cuarto de santo, tampoco las voces altas, ni las faltas de respeto.

A través de la religión tuvo la misión de salvar vidas

Está reconocida santera, fue ahijada de Carmen Oviedo Oshún Funké y descendiente de la rama religiosa de Ferminita Gómez.

Dorotea fue una mujer muy espiritual que supo amar a sus ancestros de una forma sorprendentemente verídica, esta no veía en ellos el comercio, sino la respetable misión de cambiar vidas para bien.

La práctica del bien es más importante que el dinero

Su madre en el santo fue Obba, santa que llegó a su vida posicionándose salud y muchas bendiciones.

Esta grandiosa mujer nunca puso el dinero por encima de su vocación para hacer el bien, pues en muchas oportunidades ayudó al necesitado sin pensar el provecho que iba a obtener.

Una jícara con agua y un buen pensamiento es un ritual poderoso

No se consideró nunca una mujer fanática, pues esta afirmaba que una jícara con agua y un buen pensamiento era un ritual tan poderoso como el sacrificio animal sobre un Orisha.

Dorotea sabía a ciencia cierta que el sacrificio de un religioso era la paga que los Orishas querían ver cuando este se postraba ante ellos y fue bajo esta doctrina que educó a sus ahijados.

La disciplina, la devoción y la sencillez la caracterizaron

A Dorotea la caracterizaron la disciplina, la devoción y la sencillez, no tuvo altar más grande para los Orishas que el que le había construido en su corazón, al ser el amor una fuerza poderosísima y difícil de mitigar.

Dorotea creía que una de las formas de tener iré y salud sobre el plano de la tierra era teniendo la conciencia tranquila.  

Partió al pie de Olofin en junio de 2013, dejando sobre la tierra un mar de aprendizaje y buenas prácticas religiosas.

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