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Historia de Yemayá, la protectora de los hombres y el mundo

Historia de Yemayá

Yemayá (Iya Moaye, Madre del Mundo) es una de las más grandes deidades del panteón Yoruba, ya que de ella nacen todas las cosas de esta Tierra y nace la vida.

Todos los devotos de la religión yoruba la veneran como madre misericordiosa, dadora de fortaleza, paz y prosperidad, protectora de los necesitados y de los recién nacidos.

Su nombre significa IYA MO ELLA, Madre de los Peces, de ella nació el universo, es la que amamanta y da vida a los hombres, las leyendas yorubas cuentan que nació con la luna como mismo Obatalá, el padre sabio del mundo, nació con el sol.

La más poderosa de los Orishas, es protagonista de leyendas que indican que por su carácter arrebatado perdió la hegemonía del mundo y se le dio solamente el dominio de la superficie de los mares.

Madre y patrona de mares

Yemayá es tan vieja como Obatalá y que de ese matrimonio nacen los demás Orichas.

Es una Orisha de inmenso poder que puede influir en partes del cuerpo humano como el útero, hígado, pecho y nalgas.

Además, es la patrona de todos los marinos, que invocan su protección cuando se echan a la mar, porque en los océanos ella rige y decide los destinos de quienes lo cruzan.

Por sus inmensos poderes se le debe respeto y para hacerle llegar sus ofrendas se debe pronunciar su nombre tocando el suelo y posteriormente se besan la yema de los dedos, un símbolo de devoción a contemplar antes de realizar cualquier ritual.

Se le pueden ofrendar flores y herramientas relacionadas con elementos marinos, y objetos elaborados a base de sus colores que son el azul claro y el blanco, elementos de mar, de agua y de vida, como ella misma.

Cuando Yemayá está en la tierra le gusta vivir en la entrada de los montes y es una mujer muy trabajadora.

Historia del mandato de Olofi a Yemayá

Cuenta el pataki que un día Olofin organizó una fiesta muy grande con comida y bebida e invitó a todos los Orishas a participar, pero uno a uno fuero llegando con las manos vacías.

Yemayá, que había comido carnero ese día, recordó que debería llevar algo a la fiesta para agasajar a Olofin.

Así que cuando se disponía a partir a la fiesta y pensaba que no tenía que regalar al anfitrión Olofi, decidió coger la cabeza del carnero que se había comido para llevarla al festejo.

Tomó la cabeza del animal y la arregló en una fuente y allí se apareció en la fiesta con la ofrenda en sus manos.

Pero Olofi que estaba enfadado con los demás Orishas por no haberlo agasajado, se alegró de ver el presente de Yemayá.

Le dijo entonces que por ser la única que se acordó de llevarle un regalo y ser este una cabeza, en adelante ella sería cabeza.

Y así fue como Yemayá es cabeza y poder en la religión yoruba, ante los ojos de Olofin, del mundo, de los hombres y de sus hijos.  

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