En Ogbe Otura el Mentiroso se coronó como Rey cumpliendo con el Ebbó

El rey tenía un hijo poco aplicado y desobediente, que se dedicaba a inundar su reputación con mentiras. Hecho que le creaba malos precedentes sobre su persona.

Pataki donde gracias a Orula se alejaron las miserias que acechaban el camino

En una ocasión Orunmila lo vio abatido y lo invitó a su casa para consultarlo.

El príncipe accedió a ser atendido por el oráculo quien le aconsejó hacer ebbó pues le auguraba un futuro lleno de carencias y amenazante de miseria.

El hijo del rey ignoró las advertencias del gran adivino de Ifá pues en el fondo de su corazón sentía que era imposible que un descendiente de un rey quedara en la ruina después de vivir rodeado de tantas riquezas.

Cuál sería su sorpresa al llegar al palacio y ser recibido por un fuerte regaño de su padre en reclamo a su mala actitud.

Luego de sentirse ofendido se marchó de su casa internándose en el monte con la idea de ser rescatado tras la rabieta.

Hecho que no ocurrió así, pues su padre lo dejó allí pasando carencias para que aprendiese a valorar lo que la vida gratuitamente le ofrecía.

Después de llevar varios días exiliado en el monte se topó allí nuevamente a Orula.

Siguiendo la palabra de Ifá y haciendo ebbó se endereza el destino

Al ver al oráculo ante él le pidió perdón de rodillas por su falta, implorándole que le realizara allí el ebbó, petición que el adivino accedió realizándole la ceremonia.

Tanta era su necesidad que se quedó desnudo pues la ropa que traía fue empleada en el ritual.

Cerca de allí había una fortaleza militar donde reposaba el ejército del rey.

Comando que lo acogió nombrándolo incluso jefe, pues el príncipe a pesar de su mala cabeza había recibido una educación diferenciada respecto al resto de los habitantes del pueblo.

Una vez establecido entre los soldados decidió tomar el castillo de su padre en venganza a lo que este le había hecho sufrir en el monte, mandándole un recado con uno de los hombres de brillante armadura donde le exigía su rendición.

El rey no tomó en serio el recado de su hijo pues lo consideraba un mentiroso patológico.

El padre envió a uno de sus hombres para corroborar la información y al percatarse que todo era cierto decidió cederle la corona a su heredero solo si conducía al reino hacia un futuro mejor.

Quedando sorprendido por todos los logros que había obtenido su descendiente en un tiempo tan corto.