La raíz del templo yoruba en América y específicamente en Cuba fue plantada en nuestro continente con la llegada de Ño Remigio Herrera Addeshina a la mayor de las Antillas.
Su mentor Ño Carlos Adé Bí inculcó en él los conocimientos de la religión Yoruba a través de su representación en la sagrada Regla de la Osha-Ifá.
Que se reconocieran a ambos sacerdotes de Ifá con el término Ño, diminutivo de señor, era una cuestión de respeto, pues con esta expresión se señalaban a los nativos de África cuando comenzaban a peinar canas como premio a su sabiduría.
Addeshina nombre de santo que se traduce como «corona que hace fuego«, fue el sustantivo propio con el que los Orishas bautizaron a Herrera, quien había coronado Osha años antes de su llegada a Cuba.
Relata la historia que momentos antes de su captura el Oluo se tragó el fundamento de Ifá y así lo transportó consigo hasta la isla.
La inteligencia fue una de las virtudes más relevantes de Addeshina
La inteligencia fue una de las virtudes más relevantes de Addeshina, dicho rasgo lo llevó de ser un simple esclavo en la provincia de Matanzas a trasladarse posteriormente a la Habana para atender directamente negocios de su amo.
Fue precisamente en Regla donde el destino decidió que Herrera conociera a Ño Carlos y a partir de ese entonces este lo representara religiosamente, siendo su padrino el responsable de ayudar a Ño Remigio a pagar su libertad.
De dicha unión comenzó a surgir un pueblo religioso, pues juntos consagraron a cientos de personas en el culto a Orula y los demás Orishas.
Gracias a su trabajo e ingenio el sacerdote de Ifá logró obtener una casa donde vivir con su familia y recursos para sustentarla, contrajo matrimonio y posteriormente nacieron sus dos hijos los que fueron continuadores de su legado religioso.
El cabildo de Yemayá: Templo religioso fundado por Ño Remigio
Regla vio nacer en todo su esplendor a la mayor casa religiosa que poseyó La Habana hasta ese entonces, donde no solo se trabajó Ifá, ya que en este sitio también se desarrollaron ceremonias santorales.
Dicho inmueble estuvo ubicado en la Calle Perdomo, siendo conocido el panteón bajo el nombre del cabildo de Yemayá, en homenaje a la Orisha dueña del océano y madre del mundo, deidad de la que fue devoto toda su vida.