Oración a la Santísima Virgen de Regla

En Cuba, la Virgen de Regla, sincretizada con la Orisha Yemayá en la religión yoruba, es adorada por todos los cubanos.

¿Quién es la Orisha Yemayá?

Ashé pa mi Cuba

La invocamos con fervor y sus oraciones son refugio para los enfermos, le rogamos para que nos libre de angustias que pesan, para que nos socorra cuando el cansancio agote, cuando las mentiras confundan, para que nos salve de peligros, nos ofrezca su amor y abrazo incondicional.

Su bendición es sagrada, su manto nos protege y le pedimos permiso para cruzar los mares y calmar las tormentas que nos afligen, somos devotos fieles de su corona como madre nuestra.

Virgen de Regla, situada en un humilde y sencillo altar frente a la Bahía de la Habana, vestida de azul, como el azul limpio de los mares, que esconde tantos secretos y encierra tanta riqueza, virgencita adornada con encajes blancos que solo dejan ver su cara negra, brillante y hermosa.

¿Quién es la Virgen de Regla? reina del mar junto a Yemayá

Claudia Rodríguez

Que esta poderosa oración a la Virgen de Regla te ayude a encontrar paz y tranquilidad en tu vida.

Oración a la Virgen de Regla:

Nuestra Señora de Regla,
que libras a los que te invocan de muchos peligros y a los navegantes los guardas en sus viajes dilatados y peligrosos y los llevas felizmente al puerto que desean; y acudiendo a ti, se salvan los perseguidos por sus enemigos; los enfermos por ti sanan,
los impedidos cobran fuerzas
y generalmente todos los males encuentran remedio en ti, como lo publican las paredes de tu templo y los milagros que en ellas aparecen.

Venerando tu memoria,
¡oh María de Regla, Reina del cielo!,
imploramos tu patrocinio y favor,
pidiéndote nos alcances de tu Hijo Divino
el consuelo de una buena conciencia,
salud y fuerzas para servirlo a Él,
y venerarte a ti, Madre mía.

Te pedimos también el remedio de nuestras
necesidades y especialmente, el de aquellos
por quienes te hacemos esta oración.

Esperamos, Señora, por tu intercesión, conseguir lo que pedimos, aunque lo desmerecen nuestras culpas, por la eficacia de tus ruegos ante el Altísimo.

Amén

Padre Nuestro, 3 Avemarías y Gloria.