Madre Oyá es una guerrera desafiante que trabaja con los muertos, vive en el crepitar de tambores, es la negra tempestad disfrazada de un hermoso arcoíris, es el viento malo que sopla en las tinieblas.
La invocamos con gran respeto tocando al suelo y diciendo Jekúa Jey Yanzá.
Lleva corona en la cabeza y largas trenzas de relámpagos, sus ojos de azabache son amenazadores. Diosa que vive en el fuego y danza como si echara chispas lanzando centellas.
Su andar es desafiante, suenan los cascabeles de su saya con la que va barriendo la vida en su andar, se enrosca en el arcoíris y danza entre los remolinos.
Le tiene miedo a las lagartijas, pero lucha como una guerrera con dos espadas.
Vive en el silencio del camposanto, en cuevas y tumbas y duerme en la oscura noche entre todos los vientos de la vida.
Ruego a madre Oyá:
Divina Señora de los vientos,
Divina dama de las tempestades, mi súplica es para ti madre,
Justa Oyá, la que nunca pasa desapercibida, la reina de mi vida.
Me has enseñado que el mal tiempo pasa y termina, y que anteceden a grandes victorias.
Concédeme la fe, la firmeza y la sabiduría para conducirme y alcanzar tales triunfos.
Oración a Oyá traducida de la lengua yoruba para pedir protección:
Reina Dios de la plaza del mercado, y el último lugar de descanso.
En el día, la madre de Cielo,
Reina de los vientos de la muerte.
Reina de todos los espíritus, santo con hermosa cara.
Protégeme de torbellinos, y la reina de la muerte de la muerte, así lo ordene Dios.
Dame tus bendiciones
Oración traducida para agradecer a Oyá:
Tienda de comer al lado,
Madre de día, en el cielo, viento de la muerte remolino de lo alto,
Reina de todo mercado,
Mujer dueña de todos los espíritus,
Dueña de la enfermedad,
Santa de la raya en la cara bonita, el mercado del viento,
Madre mía.
Mujer de mucho poder, por mandato de Dios, para ser reina de la muerte.
Gracias.
