Ante cualquier dolencia, mal de ojo o sospecha de hechicería se implora la presencia de San Luis Beltrán, santo protector contra estos males.
Este santo se invoca mediante su oración, herramienta que despoja con eficacia de múltiples males.
El Mal de ojo es un maleficio que brota de la mirada.
El mal de ojo es una variante de hechicería que de forma consciente o inconsciente emiten algunas personas mediante la energía que brota de su mirada.
Con esta acción cargan a los afectados de energías negativas opacándole su aura, lo que se conoce popularmente bajo la frase:
«La persona está marchita´´
Debido a este fenómeno, en Cuba existe la creencia que los recién nacidos no deben ser celebrados ni observados mientras duermen por personas ajenas al hogar.
El mal de ojo se encuentra vinculado a la envidia y otros sentimientos negativos, contra este maleficio existen algunos antídotos muy eficaces entre los que se encuentran la invocación de la Oración de San Luis Beltrán y el uso de azabaches y cintas rojas.
¿Quién es San Luis Beltrán?
San Luis Beltrán es un santo adorado en la Religión Católica, originario del continente europeo nacido en España específicamente en la región de Valencia.
Perteneció a la orden de los dominicos, donde profesó con fe las tareas que Dios decidió enviarle.
Su santoral se celebra cada año el nueve de octubre. Es el santo protector contra el mal de ojo y las dolencias corpóreas y espirituales.
La Oración a San Luis Beltrán para protección y contra el mal de ojos
La Oración a San Luis Beltrán debe ser invocada por tres personas, quienes deberán pronunciarla al unísono y realizar la señal de la cruz sobre el enfermo en el momento de la lectura donde se indica.
Dicha súplica puede ser leída a los recién nacidos y enfermos de cualquier sexo y edad.
Criatura de Dios yo te conjuro y bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad, Padre ✟, Hijo ✟ y Espíritu Santo ✟ tres personas y una esencia verdadera y de la Virgen María Nuestra Señora Concebida sin mancha del pecado original.
Virgen antes del parto ✟ en el parto ✟ y después del parto ✟ y por la gloriosa Santa Gertrudis, tu querida y regalada esposa, once mil vírgenes, señor San José, San Roque y San Sebastián y por todos los Santos y Santas de tu corte celestial.
Por tú gloriosísima encarnación ✟, gloriosísimo nacimiento ✟, santísima pasión ✟, gloriosísima resurrección ✟, ascensión, por tan altos y santísimos misterios, que creo y con verdad, suplico con divina majestad, poniendo por intercesora a tu santísima madre abogada nuestra, libres, sanes a esta afligida criatura de esta enfermedad.
Amén Jesús.
No mirando la indigna persona que prefiere tan sacrosantos misterios, con tan buena fe te suplico Señor, para más honra tuya y devoción de los presentes, te sirvas por tu piedad y misericordia de sanar y librar de esta herida, dolor, llaga, tumor, enfermedad, quitándole de esta parte y lugar.
Y no permita tu divina majestad, le sobrevenga accidente, corrupción, ni daño, dándole salud para que con esto te sirva y cumpla tu santísima voluntad.
Amén Jesús.
Yo te curo y ensalmo, Jesucristo Nuestro Señor Redentor te sane, bendiga y haga toda su divina voluntad.
Amén Jesús.
Consumatum Est ✟ Consumatum Est ✟.