El viernes es un día especial, pues este da inicio al fin de semana, culminado de esta forma con su llegada una carga atareada de trabajo perteneciente a los días anteriores.
Por eso debe regocijarse en Dios para emprender la marcha de este día cargado de fe y bajo la protección del Creador, con el fin de cumplir en la jornada con la voluntad que este creó para nosotros.
La oración poderosa de los Viernes
Oremos el viernes y acerquémonos al Señor:
Señor Jesús hoy me levanté pensando en todas las dificultades que tendré y no te miento que llegué a tener algo de miedo y preocupación, pero luego cuando sentí los primeros rayos de luz en mis ojos te sentí y comprendí que no tengo nada por temer, porque no existen las dificultades cuando tú estás a mi lado.
Contigo Señor solo existen las bendiciones, solo hay espíritu de amor y de compasiones, contigo solo existe la salud y la alegría, solo existe la felicidad de sentir un nuevo día, contigo Señor solo puedo encontrar la dicha de vivir un nuevo día, ese es el gozo de ser un hijo de Dios, pues cuando hacemos parte de tu familia, también heredamos tus virtudes divinas.
Sin importar que me bendecirás mucho en este día, te pido Señor me sigas bendiciendo aún más, porque tus bendiciones nunca sobrarán, no quiero desperdiciar mi día quejándome o criticando a los demás, pues esas cosas solo hacen que me aleje de ti y desde mi corazón te digo que solo tengo ojos para ti, para tu amor, para tu bondad, para tu misericordia que siempre tienes para mí.
Gracias Señor por poder comenzar el día en tus manos, bajo la maravilla que creaste, bajo el cielo azul, bajo el sol que pusiste para iluminarnos y darnos calor, porque todas esas creaciones las pusiste para que tus hijos se puedan conectar a ti, para verte a ti, porque las bellezas naturales que podemos ver son muestras de tu poder.
Por eso esta mañana te glorifico ratificando que no necesito a otro Dios más que tú.
Te pido Dios que me sigas guardando y protegiéndome para que no tenga que preocuparme de mí y dedicarme más a recordar tu nombre, pues en ese nombre soy lleno.
Amén Señor muchas gracias y el resto de este día estoy listo para servirte en cualquier cosa que me necesites o me llames.