Dice Ifá que los orangutanes cansados de ser animales decidieron cambiar su suerte, por lo que juntos acudieron a la casa de Orunmila el gran adivino de Ifá.
Esto para que les ayudase a hacer realidad su deseo de prosperar en la vida evolucionando con el fin de convertirse en una especie superior, capaz de realizar otras tareas, alcanzando de este modo un nuevo estatus social.
Los orangutanes referían sentirse incompletos pues ellos anhelaban más inteligencia, un mayor cúmulo de sentimientos y la posibilidad de someter a otras especies colocándose lo más arriba posible en la cadena alimenticia.
Pataki: Los orangutanes consultaron a Orula pero no cumplieron con el Ebbó
Orunmila atentamente los recibió en su casa y al mirarlos obtuvo el signo Otura Meyi.
Letra que hablaba sobre deseos de grandeza y la necesidad de poseer virtudes diferentes si deseaban realmente un cambio en su vida, donde sería un pilar fundamental el no adelantarse en los acontecimientos inesperados, ni en la toma de decisiones.
Los orangutanes se marcharon con la premisa que debían realizarse un ebbó para comenzar su transición.
Estos al llegar a su casa se reunieron para acordar varios aspectos que debían analizar.
Después de un largo debate llegaron a la conclusión de:
No estar convencidos de lo que el oráculo de Ifá les advertía, por lo que fueron en la búsqueda de Olofin para que le concediese su deseo.
Antes de disolver la reunión que los ocupaba llegó Elegguá para comunicarles que al día siguiente Olofin les concedería la gracia de ser personas.
Fue tanta la alegría que olvidaron la necesidad de mantenerse callados y de realizar el ebbó que Ifá les había marcado y de esta forma empezaron a bailar, a cantar y a alzar la voz descontroladamente.
Por su desobediencia con Ifá perdieron la oportunidad que tanto deseaban
Elegguá que los supervisaba desde lejos se percató del descontrol que tenían los orangutanes y de su comportamiento salvaje ante un acto tan sencillo como el comunicado de una simple noticia.
Al hacer la noche Elegguá fue a ver a Olofin al que le contó todo lo sucedido.
A la mañana siguiente tal y como Olofin había prometido los recibió en su palacio para dar comunicado de su decisión.
Este les advirtió de su desobediencia con Ifá mediante la desestimación de la palabra de Orunmila.
Además, les reveló que la visita de Elegguá era una prueba para medir su inteligencia y educación, examen que por no permanecer callados habían suspendido, perdiendo de esa forma la oportunidad de ser seres humanos.