¿Qué se le ofrece a Yemayá? Ofrendas y rezos a la diosa madre

En una danza hermosa de fluir y bondad viene Yemayá, la orisha madre Yoruba que simula el movimiento de las olas del mar, va dominando el venir de las aguas dulces y saladas, las calma, aunque también las enfurece, y sobre la espuma impone su gran poder.

¿Sabías que nuestras lágrimas son saladas como el mar, porque las lágrimas que derramaba la reina Yemayá se convirtieron en un río que corría hacia el océano?
Que las lágrimas y el mar tengan el mismo sabor no es una casualidad, según la religión yoruba.

Siendo la más poderosa de las Orishas, Yemayá es venerada como madre y vientre de todos, de donde nacimos, y a ella debemos nuestra vida.

En la religión yoruba se cree que nadamos dentro de ella durante nueve meses antes de nacer, lo que convierte a Yemayá en la madre fecunda y protectora del recién nacido.

En su día o cuando desee venerarla ¿Qué se ofrece a Yemayá?

Su plato preferido es el Ochinchin de Yemayá, se prepara con camarones, alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga.
Frutas como el melón de agua o sandía, que se lo podemos ofrendar en el mar, así como la piña y el coco.
Postres y dulces caseros como la malarrabia (dulce de boniato) y coco amelcochado.
Una de las bebidas que adora la orisha azul es la melaza de caña.
Entre los animales que se le ofrecen principalmente están aquellos que tienen plumas.
Mariquitas (rodajas finas de plátano frito) con chicharrones de puerco.
El ekó (en yoruba) es un tamal de maíz que se hace envuelto en hojas de plátano.
Olelé, que es frijoles o judías hechos pasta condimentadas con jengibre, ajo y cebolla.
Comidas fáciles de hacer como las bolas del plátano verde cocinado o el ñame con quimbombó (okra).

Otros consejos para atender a la Orisha:

Las ofrendas a Yemayá también se relacionan en sus sincretismos, por ejemplo, en Cuba se adora como la Virgencita de Regla y en Venezuela como la Virgen del Valle, por ello el día de venerarla se le regalan flores blancas a la orilla de sus aguas saladas.

Hacer ofrendas a Yemayá con rosas blancas y claveles, rogándole amor, salud y todo lo bueno y dejando la justicia en sus manos, es una ofrenda que ella recibe con el corazón abierto.

Su día de celebración es el 7 de septiembre.

Por ejemplo, cuando tengamos que hacer un viaje en barco, o tengamos que cruzar mares, es oportuno invocar su poder para que nos proteja y nos dé su bendición, también podemos hacerle ofrendas a Yemayá para que todo salga bien y lleguemos con tranquilidad a nuestro destino.

¿Por qué agasajar con ofrendas a la diosa?

Recuerda que al hacer ofrendas a Yemayá le estamos dando las gracias, y recibimos regalos como protección, fertilidad, amor y prosperidad, y sobre todo salud corporal y espiritual.

Pero recuerde que debemos acercarnos con amor y siendo justos con nuestros pedidos, no podemos engañar a Yemayá, porque si reconoce que hemos hecho mal o mentido, sus castigos serán severos e inflexibles, como la furia del mar.

¿Qué se puede ofrecer a Yemayá para venerarla? Si deseas conocer muchas de las ofrendas que se le brindan a Yemayá (haz clic aquí) para conocer su procedimiento y realizarlas correctamente en su nombre.

Rezo de infinito agradecimiento a la madre Yemayá:

Yemayá, a ti te venero hoy mi madre linda, te adoro hoy sábado, día de la semana que se ha escogido para rogarte, aunque sé de corazón que siempre me escuchas.
Me acerco a tu sagrado elemento, el agua dulce que desemboca en el mar y el agua de mar que corre libre y danza en los océanos, porque eres la reina de todas las aguas del mundo, sean los ríos o el mar.
Tú, que dominas mi sabiduría, la maternidad, y la salud mental de todos, te ruego paz para tus hijos, tus bendiciones vienen a nuestra cabeza.
Gracias, madre, cuyos hijos son peces, desemboca todos mis males como lo haces con tus aguas dulces, y que como la espuma formada en el encuentro de las aguas del río con las del mar, todo lo negativo salga a flote, y se disipe en tu poder.
Sabemos que eres tú, gran diosa africana quien sostiene a la humanidad, y con tu gran energía nos brindas la sagrada vida, gracias.
Para nosotros, tus hijos en la tierra, eres el espejo del mundo, nos reflejamos en ti, te seguimos porque conocemos que eres nuestra guía y en tus caminos nos educas, nos regalas sabiduría y nos brindas lo mejor de nosotros mismos, haciéndonos fuertes.
Gracias por recordarnos cada día el valor de la vida y con infinita bondad hacernos ver que la guerra más grande es la que hacemos contra nosotros mismos.
De tus pechos desgarrados brotaron todos los ríos del mundo, porque eres madre, y como el agua misma, tus lágrimas también se convirtieron en un río que iba corriendo hacia el océano, así hoy el dolor en nuestras lágrimas y el mar tienen el mismo sabor.
Siempre quieres a tus hijos cerca, y aunque a veces eres severa para enseñarnos, con una palabra de cariño y un consejo, suavizas nuestro corazón, creando un equilibrio perfecto.
Gracias madre, porque como a niños llenos de heridas, cuando sufrimos algún dolor, nos conviertes en guerreros.
Te veneramos hoy con fe, decimos gracias, y nuestra infinita gratitud acompañará los caminos de la vida que nos has regalado con amor, tu bendición madrecita Yemayá.