A los oídos de Elegguá llegó la noticia de la existencia de un mercader que poseía gran prosperidad en sus comercios, este era un hombre con mucha suerte, aunque la avaricia y el egoísmo habían penetrado en su corazón, entonces el dueño de todos los caminos decidió ponerlo a prueba.
Eleguá pone a prueba la benevolencia del mercader
Disfrazado de mendigo acudió a la plaza, con un andar sereno llegó al puesto del comerciante al que pidió de favor le regalara tres quimbombós para cenar, a lo que este respondió con un no rotundo.
Insistente le suplicó para que este le facilitara dos okras (quimbombó), petición que igualmente fue rechazada.
Por última vez le solicitó un solo quimbombó, siendo expulsado del recinto a gritos. Tras tantas humillaciones y ofensas el mendigo se retiró decepcionado, más no dijo nada.
El mercader acude a la casa de Orula a consultar la palabra de Ifá
Tiempo después al comerciante le empezaron a ir mal en los negocios y comenzó a presentar múltiples pérdidas, yendo en pique toda la fortuna que había cosechado durante años.
Abrumado por lo que le sucedía este acudió a casa de Orunmila el Gran Oráculo de Ifá con el fin de que este le ayudara a descifrar lo que le sucedía.
Orula le preguntó si recientemente le había negado algo a alguna persona, a lo que este le respondió que sí, que un mendigo le había pedido unos alimentos y este se los había negado pues poseía muy mal aspecto.
Orunmila cual hombre sabio mandó a buscar a Elegguá y le preguntó al comerciante si lo reconocía, a lo que este le contestó que no.
Entonces Eshú explicó al hombre que había acudido ante sus ojos disfrazado de mendigo para ponerlo a prueba y ver hasta dónde llegaba su benevolencia, prueba que este había reprobado asumiendo una actitud grosera y hostil ante el necesitado.
Por lo que este había decidido cerrarle los caminos y hacerlo padecer las mismas dificultades que las personas que tanto despreciaba.
Para aplacar la ira de Eleguá «Ofrenda con quimbombó»
Orula recomendó al implicado hacerle una gran ofrenda a Eleguá con quimbombó, para aplacar la ira del Orisha, quien había decidido no retirar el castigo hasta que este pudiese observar en el comerciante real arrepentimiento.
Desde ese día el vendedor comenzó a realizar obras benéficas y poco a poco fue obteniendo el perdón de Eshú.
A raíz de este suceso nace la obra de aplacar la ira de Elegguá mediante la ayuda de la Okra, por ser esta una de las pocas hierbas que calman al Orisha dueño de todos los caminos.