La vaina de Quimbombó es el fruto de una sencilla planta llamada científicamente Abelmoschus esculentus, de la que se reconocen sus orígenes en el continente africano.
Esta posee múltiples propiedades entre las que destacan su valor medicinal, culinario y religioso.
Entre sus virtudes esotéricas destaca su uso en la aromaterapia donde se le atribuyen las virtudes de curar el estrés, la depresión y la ansiedad, a la par que aleja las energías negativas y depura el aura.
¿Cómo Orula logra cambiar su destino y ahuyentar a Ikú?
Relata el pataki que en cierta ocasión Orunmila el gran adivino se encontraba transitando por un mal momento de su vida, donde sufría pérdidas inexplicables, toda acción que realizaba se desmoronaba a pesar del incomparable esfuerzo que este ponía en su realización.
Por este motivo decidió consultarse para que Ifá le ayudase a resolver tales inconvenientes.
Su registro fue favorable a pesar de que le fue marcada la realización de un ebbó con el fin de protegerse de los peligros que lo asechaban, ceremonia que giraba en torno al quimbombó.
Haciendo Ebbó encontró la muerte a Orula
Al amanecer siguiente acudió al mercado del pueblo con el fin de obtener el tan ansiado producto, en sus andanzas entre las tarimas se encontró con Ikú, quien se mostró interesada en requerir la presencia temprana de Orula en su reino.
Este sin percatarse de dicho encuentro, partió de regreso a su hogar sin notar que la muerte seguía sus pasos.
Una vez llegado a su casa comenzó a realizar todos los preparativos pertinentes para la realización de su ebbó, el adivino tomó la Okra (quimbombó) y preparó un baño lustral para su persona apartando un poco de este líquido para efectuar al rato una limpieza ritual en su hogar.
El quimbombó aleja a Ikú de la casa del adivino
Tomó el baño que Ifá le había marcado y una vez se sintió despejado comenzó a esparcir el preparado de quimbombó por todo el hogar, luego del ritual se sentía tan relajado que fue poco a poco siendo invadido por el sueño, por lo que decidió recostarse un rato y luego culminar la limpieza.
La muerte que observaba con sigilo dicha situación desde afuera de la casa, se apresuró a entrar para así llevar consigo el alma de Orula resbalando producto a la baba del Quimbombó que había sido derramada previamente por el adivino sobre el suelo de su casa.
Asustada por lo acontecido desistió de su plan tomando un nuevo rumbo en su destino el que la situaba muy lejos de la morada del gran Oráculo de Ifá.