Tomas Romero Ewin Leti fue un Oriate cubano de renombre y respeto en la Habana y el resto de Cuba, famoso por su ashé para la realización de honras fúnebres y tratados con eggun.
Fue ahijado de Munda Rivero Okikilo y Octavio Sama Obba Odi Meyi.
A pesar de ser gago, Romero tenía camino en la Osha para convertirse en Oriate y así lo hizo sobreponiéndose incluso a su condición, pues a pesar de ser un hombre de pocas palabras, su verbo era siempre preciso y efectivo.
No gustaba de andar con rodeos y era enemigo de dejar para mañana los problemas y las situaciones que podían resolverse en el lugar y el momento en que se presentaban.
La disciplina y el orden dentro del cuarto de Santo eran una prioridad
La disciplina y el orden dentro del cuarto de santo eran para este religioso una prioridad, pues consideraba que en la casa religiosa en que faltara esto ninguna consagración saldría bien.
Tomasito Romero como era conocido por sus amigos y personas cercanas, especificaba que la antesala de cualquier ceremonia era eggun y que si con los espíritus no se contaba no se podía pasar al cuarto de la Osha por ser esto una falta de respeto grave a los ancestros.
El éxito en las ceremonias estaba en los conocimientos, en la fe y el corazón
Tomas Romero trabajó el campo religioso con santeros reconocidos como Latuan y Fermina Gómez de los que aprendió que:
Una gran parte del éxito en las ceremonias religiosas estaba en el estudio y los conocimientos, y la otra parte en la fe y el corazón que se le ponían a las consagraciones.
Solo esa mezcla era efectiva para trabajar el panteón yoruba, enseñanza que debe ser transmitida a las nuevas generaciones y es menester que no se pierda, fundamentalmente en los tiempos que la humanidad está viviendo, donde muchos hombres han quedado deslumbrados por la codicia y el interés, situación que aleja a la religión de la espiritualidad con la que en el ayer nuestros ancestros trabajaban la Osha y el espiritismo.
Entre sus discípulos estuvo Liberato Valdés quien llegó a ser uno de los Oriates más afamados de Cuba.
En el año 1961 falleció Tomas Romero después de haber realizado múltiples consagraciones y haber dejado un pueblo religioso formado en sus doctrinas.
Sus honras fúnebres estuvieron a cargo de tres de sus discípulos, Orlando Shangó Walu, Maximiliano Ordaz y Eladio Papalote.
