Este pataki relata la vida de un Oluo llamado Ogbe Yekun, este había llegado al mundo envenenado proveniente del vientre de su madre.
Pataki donde nacieron los tres Itá de Ifá
A los siete años lo consagraron en la sagrada Regla de Ifá y cuando llegó a la juventud se le asignó la orilla del río como lugar para que desempeñara sus prácticas religiosas en su pueblo natal.
Cada vez que este tocaba el agua del río esta se contaminaba con su veneno y cada animal u hombre que bebía esa agua moría.
Convirtiéndose su pueblo en un lugar casi inhabitado pues todas las casas empleaban esa agua para realizar sus faenas diarias y alimentarse.
Los hombres y mujeres que sobrevivieron fueron a visitar a Orula y le pidieron ayuda para solucionar el problema que los aquejaba.
Orula brinda un consejo poderoso para que reinara nuevamente la prosperidad
El gran adivino les comunicó que esto no sucedía por voluntad de Ogbe Yekun pues el veneno venía en él incluso antes de nacer.
Entonces sugirió a estos que hablasen con el rey del pueblo para que le otorgase otro lugar donde trabajar la religión.
Orunmila mandó a buscar a Ogbe Yekun y le explicó todo lo que sucedía, indicándole a este la realización de un ebbó en tres ocasiones consecutivas y así lo hizo el Oluo cumpliendo con la palabra de Orula.
Realizándole además una inmolación a su Ifá en agradecimiento por la advertencia.
Entonces el rey del pueblo y Orula le comunicaron a este que debía ir a vivir al reino donde abundaban los minerales, pues en estas tierras le esperaba una gran suerte.
La última petición de Ogbe Yekun
Ogbe Yekun estuvo de acuerdo, pero antes de irse convocó a una audiencia con el pueblo, donde les explicó a los ciudadanos que se retiraba a otras tierras para que todos fueran más felices, incluyéndose a él mismo en la frase.
Pero no quería partir sin antes hacer la petición que cada vez que se consagre un nuevo sacerdote de Ifá se le realizaran tres Itá para advertirle tres veces de los peligros que podía correr y como librarse de estos y de cierta forma ser recordado a través de esa tradición religiosa.
Cuando Ogbe Yekun se estableció en la tierra de los minerales fundó un reino muy próspero donde se armó de un pueblo religioso devoto a su figura y a sus acciones, cumpliendo al pie de la letra cada consejo que este daba siendo su palabra la ley en este lugar.