Participar en una ceremonia espiritista es algo único. Ser capaz de vislumbrar el establecimiento de una comunicación entre los humanos y sus antepasados, por medio de códigos y de múltiples elementos, es estremecedor.
Allí, una multitud espera el mensaje de los ancestros, que puede ser una guía, un saludo e incluso una advertencia.
Y es que el espiritismo es un creencia y práctica de tipo religiosa que se difundió en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, y al principio estuvo desvinculada del tradicional catolicismo y las expresiones de origen africano.
Pero en poco tiempo el espiritismo cubano se hizo también culto sincrético y se adoptó en las expresiones religiosas de diversos sectores sociales.
Espiritismo cubano, notable acogida popular
El espiritismo en Cuba ha tenido una notable acogida entre diferentes sectores de la población, con sus diversas añadiduras de carácter sincrético y afrocubano.
La veneración de los Eggunes o espíritus en la Regla de Ocha, tiene como base a las creencias espiritistas cubanas, que indican que ellos intervienen en la vida de las personas y que pueden ayudar al mortal a proyectarse y alcanzar objetivos, metas y aspiraciones.
Como vemos, el espiritismo en Cuba ha llegado a convertirse en una de las expresiones religiosas más difundidas y adaptadas a otras religiones.
Se le conoce como Espiritismo cruzado, pues mezcla el credo espiritista junto a los cultos afrocubanos existentes, especialmente la cultura bantú con el catolicismo.
Creencias espiritistas compartidas
Gracias a este proceso de transculturación presente en Cuba, varios conceptos espiritistas son comunes en la práctica de las distintas religiones, incluso la yoruba, como la creencia en Dios y que el alma continúa existiendo después de la muerte física del cuerpo.
También el espiritismo cubano indica que es posible que el alma cambie incluso después de la muerte y que cada persona debe de aceptar la responsabilidad de sus actos.