Ozain es uno de los Orishas más venerados en la religión yoruba, por ser el que guarda los secretos de la naturaleza, su conocimiento es ancestral y sagrado.
¿Quién es Ozain?
Es un Orisha sabio, brinda salud y es gran conocedor de todas las plantas, animales y minerales. También es divino y médico, salva con sus plantas la peor de las enfermedades, dueño de todos los secretos de la naturaleza y poseedor del Ashé de las hierbas.
Es el dueño absoluto del monte, los bosques y de la vegetación que allí se recoge, con esa energía sana, cura y protege. Para su vida y su labor de médico, él conoce cada hierba y sus poderes y los utiliza para ayudar a los hombres. Se refugia en el medio del monte, donde vive solo, por ello los yorubas lo llaman “Osain del monte”.
Los pataki (leyenda) yoruba cuentan que debido a su enfrentamiento con Shangó, el Rey del trueno, Osain es usualmente representado como un hombre con imperfecciones físicas.
Osain tiene un solo ojo, una sola pierna, un solo brazo, una oreja grande y una pequeña que es por la que escucha los susurros del universo.
Pero ¿por qué es representado de esta forma tan particular?
Pataki: Los rayos de Shangó atacan a Ozain
Cuenta el patakí que Osain tiene entre sus mejores instrumentos, un güiro que posee la facultad de predecir el futuro y es por ello que este Orisha funge también como adivino.
Pero la diosa de los vientos y de los muertos, Oyá, supo del güiro y quiso poseerlo, por lo que urdió un plan junto al dios de los truenos, Shangó, para obtenerlo.
El plan de la guerrera Oyá para robar el güiro
Consistía el plan de Oyá en embriagar a Osain hasta la saciedad, para que cuando se quedara dormido, ella pudiera llevarse el güiro tranquilamente.
Pero no todo salió como la Orisha de los cementerios quería, pues mientras ella hurtaba el preciado güiro, Osain se despertó de su letargo e intentó poseerla, recurriendo a la fuerza.
Así Oyá comenzó a gritar clamando la ayuda de Shangó, quien posee un carácter colérico e impulsivo, y cegado por la furia, lanzó dos fuertes rayos hacia Osain.
Ozain se refugia en el monte para siempre
El impacto de los rayos le quitaron entonces, un ojo, una pierna y un brazo, y así se refugió en el monte que solo él conoce bien, apoyado por Oggún, dueño de los hierros, que es su amigo y lo protegió de la venganza de Shangó.
Del monte no volvió a salir Osain. Allí se quedó aprendiendo todos los remedios y conjuros asociados a las plantas y a la naturaleza en general, y se hizo un Orisha sumamente sabio y respetado, al que todos recurren cuando la muerte se acerca, para que los salve con sus hechizos ancestrales.