El álamo ha sido siempre considerado como una planta mágica, con inmensos poderes para comunicar el mundo espiritual con el terrenal y es incluso un elemento mitológico, perteneciente a numerosas leyendas.
En la mitología griega, por ejemplo, se dice que el Dios del inframundo, Hades, estaba enamorado de Leuca y que para ella creó el álamo blanco, planta que se encuentra en los Campos Elíseos, donde estaban las almas muertas. De ahí ha devenido la tradición de sembrarlo en los cementerios.
El Álamo es un árbol corpulento de forma redondeada y rápido crecimiento, que puede alcanzar hasta 30 metros de altura, con grueso tronco, raíces secundarias largas y una corteza lisa, blanquecina, que se oscurece en la base.
Procede de Europa, Asia, América y del norte de África, pero se puede encontrar en prácticamente cualquier lugar del mundo.
Álamo, propiedades curativas
El álamo es una planta con numerosas propiedades medicinales que se incluye en el tratamiento de dolencias frecuentes. Entre sus múltiples usos curativos podemos encontrar:
- Para el tratamiento y desinfección de heridas
- analgésico
- antiinflamatorio
- mejora la circulación
- se incluye en el tratamiento de dolores reumáticos
- es un excelente diurético
- ayuda a eliminar los líquidos retenidos en las articulaciones
- se utiliza en el tratamiento de infecciones renales
También numerosos álamos son plantados en las lindes de campos, alamedas, caminos, etc. para adornar los lugares y también para servir de muros para los fuertes vientos o evitar los levantamientos de polvo de carreteras, por lo que cumplen una importante función social.
Significado espiritual del álamo
Como explicábamos, el álamo también es fuente de leyendas y guarnecedor de hechicería ancestral, por lo que se emplea en numerosas religiones. Sus hojas, corteza y raíces son poderosos talismanes contra energías negativas.
Es por ello que también la religión afrocubana venera la planta como una de más importantes consagradas al dios de los truenos, el gran Shangó.
El álamo en la religión afrocubana
El árbol es utilizado para preparar el omiero (agua espiritual de hierbas) del asiento o ceremonia de iniciación que se usa para consagrar y lavar los atributos del Orisha.
Igualmente, en la Regla de Osha (santería) se usa el álamo para calmar a Shangó cuando el santo está enfurecido. Por ello sus hijos y devotos lo incluyen en baños espirituales para comunicarse con la deidad y para alejar las malas energías del ambiente.
Se dice que: “La primera vez que tocaron los tambores para este santo, fue a la sombra del álamo. Es el manto de Changó”, por ello a los pies del álamo se le llevan al Orisha las ofrendas habituales, atadas con cintas rojas como símbolo de protección, para pedir la bendición de esta gran deidad.
También el álamo en baldeos y limpieza de espacios puede alejar malos espíritus de la casa, usado de distintas maneras: en polvos, seco y cernido, siempre de manera sagrada para lograr resultados positivos.