El candomblé rinde culto al alma de la naturaleza a través de sus dioses, y es la religión en la que ningún sexo es superior a otro, cada uno tiene su propia cualidad, y hay un respeto profundo por el otro.
Hoy en día tiene seguidores fundamentalmente en Brasil, y también en Uruguay, Argentina, Venezuela, Colombia, Panamá, México, Alemania, Italia, Francia, Portugal y España.
Si algo distingue a la práctica del candomblé, es que las mujeres tienen cargos importantes, porque esta expresión religiosa está inspirada en los Orishas del panteón yoruba, donde las féminas tienen inmensos poderes que igualan los masculinos.
La adoración a los Orixás
Según la religión del candomblé, los Orishas u Orixás como igualmente se les conoce, también han sido hombres y mujeres con inmensos conocimientos básicos para la supervivencia, como la caza, la siembra y el uso de hierbas medicinales, que se reúnen en los diversos patakíes asociados al culto.
El candomblé y la práctica santera, como vemos, se relacionan como prácticas religiosas provenientes de África que se centran en el culto a los Orishas y valoran y respetan la palabra femenina y el poder de una mujer.
El Candomblé y el alma
Esta religión tiene por base al ánima (alma) o espíritu de la naturaleza y también llegó a Brasil de manos de los esclavos africanos llevados a ese país en épocas coloniales.
Hoy, es una de las principales religiones establecidas en esa nación latinoamericana, practicada por millones de brasileños.
El candomblé es una religión henoteísta, cuyo dios principal para la nación ketú es Olorum, para la nación bantú es Zambi y para la nación jeje es Mawu.
Los Orixás también conocidos como Inquices o Voduns son objeto de culto, y por ello reciben homenajes regulares con ofrendas, cánticos, danzas y vestimenta especial.
El candomblé rinde culto, a cincuenta de las centenas de deidades antes adoradas en África.
Pero, aunque la lista de divinidades de las diferentes naciones es grande, muchos Orixás de ketu pueden ser identificados como los Voduns de los jejé o con los Inquices de los bantú.