Cuentan los patakíes yoruba (historias ancestrales) que la creación fue idea original de Olofi en su manifestación de Olodumare.
El Ser Supremo Olodumare es la deidad que sostiene y gobierna el planeta y quien tiene el poder de dar la energía, la vida o la muerte a todos los seres que habitan sobre la Tierra.
Esta relación «Olofi-Olodumare», se explica a manera de trilogía, se cree que son una misma esencia, así como también lo es Olorun, la energía que irradia del Sol.
¿Qué significa la palabra «Olodumare» en Yoruba?
Si queremos entender el significado de esta relación, debemos conocer las palabras que lo componen:
- “Olo” significa dueño,
- la palabra “Odu” significa mundo y
- “Mare” se entiende como «el lugar al cual regresaremos«.
Entonces, la unión de estos tres conceptos significa “el dueño del mundo donde regresaremos”.
Así, Olodumare en lengua yoruba significa el omnipotente Dios que existe por sí mismo, el dueño del mundo.
La trilogía de Olofi, Olorun y Olodumare
Olofi, por su parte, es visto por los yorubas como un Dios impersonal.
Algunos investigadores incluso piensan que su figura puede haber surgido propiamente en el culto afrocubano, debido a la influencia católica en que el Dios cristiano se percibe en una divina trinidad.
En cambio, sí existe definición clara para Olorun, pues “Olo”, significa dueño y “Orun” significa cielo, representando el término “dueño del cielo”.
Aunque también debemos saber que la palabra “Orún”, con acento, significa el Sol, por lo que es posible que esta sea la razón para que esta deidad se relacione con la vitalidad del astro rey.
La representación de la máxima deidad y los Orishas
Algunos estudios coinciden en que la fusión de Olofi y Olodumare, significa la idea del cielo y la Tierra.
Visto de esta forma, Olofi es el padre del cielo y Olodumare es la madre y dueña de la Tierra.
Por otro lado, la adoración se extiende al conjunto de divinidades llamadas Orishas, creados por Olodumare, mismos que son intermediarios entre los hombres y Olofi.
Los Orishas del Panteón yoruba fueron humanos con una sorprendente historia, que acumularon poder y sabiduría en vida, por lo que transitaron un día de la condición de hombres a la de dioses. Estos personifican variadas fuerzas de la naturaleza.
Patakies que nos hablan de la formación del mundo
La Creación del mundo para los Yoruba nos remonta a nuestros primeros orígenes, cuando no existían los seres y no había una tierra firme…
Según el patakí recogido por la antropóloga Natalia Bolívar, en el principio, Olodumare andaba por el mundo donde no había ni tierra, ni plantas, ni animales, ni nada, únicamente rocas en llanos.
Luego, el mundo se llenó de llamas que produjeron un vapor espesísimo, hasta que un día Olofi descargó lluvia sobre las llamas.
Una parte se quemó mucho, quedando más honda que las otras partes, y en ella se depositó el agua y se formaron los grandes océanos, donde nacieron todas los Yemayás desde Okute hasta Olokun.
Después de muchos días, las cenizas de las rocas quemadas se acumularon en las partes más altas y se fue formando una masa fangosa, la tierra de Orisha-Oko, la deidad de la prosperidad.
Allí nacieron las hierbas que se alimentaban de ella, y nació Osain, el dueño del monte.
En las partes más altas se crearon las lomas de Oke, y luego de las elevaciones de Oke, se originaron los volcanes de Aggayú Sola, donde salen toda clase de metrallas que usa Oggún el dueño del hierro y todos los orishas fuertes.
A así se fue creando el mundo, donde todos los orishas manifestaban las energías de la naturaleza que poseían como poder.
Otra perspectiva o historia sobre la creación del mundo yoruba
La historia de la creación, aunque ha sido interpretada desde diferentes puntos de vista mantienen como principal creador a Olodumare, el dios supremo para los Yoruba.
Uno de los relatos cuenta que al principio se necesitaba conocer si los planetas recién formados eran habitables, y entre ellos, la tierra se consideraba muy húmeda para ser habitada.
Para que la Tierra estuviese preparada para la vida convencional y se desarrollara correctamente su corteza, enviaron a algunas deidades bajo el mandato de Obatalá el gran orisha blanco, guerrero y sabio anciano que por su sabiduría le eran encomendadas tareas importantes.
Fue así como se inició la creación de todo lo existente:
Obatalá con un molusco que ocultaba alguna forma de suelo; bestias aladas y algo de tela como material vació el contenido para convertirlo en un gran montículo en la superficie del agua y poco después, las bestias aladas comenzaron a esparcir esto alrededor hasta el punto en que gradualmente se convirtió en un gran parche de tierra seca; las diversas hendiduras que crearon eventualmente se convirtieron en colinas y valles. Obatalá saltó a un terreno elevado y nombró el lugar Ife, allí todo se volvió fértil y la vida vegetal comenzó a florecer.
De aquella tierra que se había formado Obatalá comenzó a moldear figuras, los futuros seres de la tierra.
Olodumare, a la vez que la tierra se formaba, reunió los gases de los confines del espacio y provocó una explosión que se convirtió en una bola de fuego, lo envió a Ife, donde secó gran parte de la tierra y simultáneamente comenzó a hornear las figuras inmóviles.
Luego el gran Dios dio el primer «soplo o aliento de vida» y las figuras que habían sido moldeados tomaron vida, convirtiéndose en los primeros hombres de la tierra de Ife.
Fue así, como luego de este proceso de creación de tierra y vida, Ife se conoce como la cuna de la existencia o «Ife Oodaye».
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