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Pataki donde Eshú salvó a Olodumare ¡Sea bueno y será recompensado!

Eshú y Olodumare

Olodumare, el Orisha supremo vivía en armonía con la humanidad, desde su palacio atendía las peticiones de los hombres y las deidades que acudían ante él exigiendo justicia.

A pesar de sus avanzados años Olodumare continuaba siendo tan eficiente en el cumplimiento de sus funciones como en sus años mozos.

La experiencia acumulada en la resolución de conflictos le permitía tomar decisiones con impresionante agilidad, incluso ocupar su mente en varias cuestiones a la vez.

Facultad que despertaba la envidia de sus hijos quienes deseaban ocupar su lugar y hacerse con los méritos cosechados por su padre.

Historia Yoruba donde los hijos de Olodumare querían ocupar su lugar

Embaucados en satisfacer su empresa, se dieron cita para encontrar una estrategia que les permitiese lograr su objetivo.

Los ratones serían la clave para destruir al anciano, pues al asustarse saldría huyendo o en el mejor de los casos perdería la vida a causa de un ataque cardiaco.

Tras ultimar todos los detalles de tan horrible plan los Orishas se presentaron con jaulas repletas de ratones y comenzaron a distribuirlos por toda la casa, luego citaron a Olodumare con el pretexto de tratar un asunto importante.

A la llegada del padre todos los Orishas ocuparon sus posiciones liberando a los ratones de sus jaulas.

Solo Eshú protegió a su padre de la maldad de sus hijos

Eshú quien presenciaba lo sucedido vio en los ojos de su padre el terror y temió por su vida.

Se abalanzó sobre él para calmar su miedo, expresándole que ningún ratón podría hacerle nada.

El dueño de los caminos tomó ventaja sobre los ratones y uno a uno fue engulléndolos con hambre voraz, hasta dejar la casa libre de plagas.

Olodumare molesto convirtió el pánico en cólera y exigió saber quiénes eran los responsables del suceso.

Intuitivamente fue sacando a cada uno de sus hijos del escondite en el que se guarecían y aplicando sobre estos un castigo severo que se correspondiese con la envergadura de sus actos.

Olodumare premió a Elegguá con su petición

Por último, el Orisha mandó a buscar a Elegguá, al que preguntó qué deseaba en recompensa a su valor.

Este contestó que no necesitaba ningún premio, pues salvar la vida de su padre era su deber.

Olodumare complacido escuchó con atención las palabras de su hijo y repitió nuevamente la pregunta.

Entonces Eshú refirió desear tener libre albedrío sobre sus acciones, sin límites ni restricciones para sus deseos, petición que fue concedida al menor de los Orishas.

Olodumare es la deidad suprema del panteón yoruba, es único e irremplazable, pues ningún otro Orisha sería capaz de desempeñarse en su puesto sin que el resultado obtenido fuese un caos.

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