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¿Cómo los Jimaguas Ibeyis vencieron al Diablo Abita? ≫ Patakí

Los jimaguas y abita

La leyenda yoruba cuenta que los Ibeyis o Jimaguas, Orishas milagrosos de la fortuna en su unión, son capaces de salvar de la muerte y de lo malévolo y protegen a los caminantes de los montes.

Además, les brindan su protección a los niños de la tierra, son vigías de los infortunios que acechan, alejan el mal y atraen la prosperidad y la abundancia.

Son consentidos pero poderosos entre los Orishas del Panteón Yoruba, pues pueden adivinar el futuro, detener o provocar la lluvia, eliminar dolencias y traer la suerte, la dicha, el dinero y la fortuna.

  • Veamos ahora, el patakí que muestra cómo vencieron al malévolo Abita y salvaron a los hombres:

Pataki: Los Jimaguas engañan a Abita

A los gemelos Ibeyis les gusta la diversión y la fiesta, por ello son los más consentidos entre los Orishas. Son hijos de Changó y Ochún y como sus padres, adoran el jaleo, pero son también poderosos al igual que ellos.

Por eso durante cierto tiempo los Ibeyis tocaban unos tamborcitos mágicos que les había regalado la diosa del mar, Yemayá, su madre adoptiva, para que jugaran.

Pero por aquellos días los hombres estaban muy asustados, pues decían que Abita, deidad considerada el diablo, había puesto trampas en todos los caminos y se comía a todos los humanos que caían en ellas.

Abita es uno de los orishas que representa la maldad del mundo, es poseedor de poderes negativos y se le tiene gran respeto.

Entonces los Jimaguas Ibeyis, viendo que Abita mataba por igual a hombres, mujeres, ancianos y niños, decidieron parar al malévolo Orisha.  

El toque mágico de los Ibeyis

Para ello, Taewo uno de los Ibeyis, tomó uno de aquellos caminos, mientras Kainde, el otro jimagua lo seguía oculto en la espesura para engañar y montar una trampa.

Taewo iba tocando su tamborcito y sonaba tan bien que Abita se quedó embelesado, y le advirtió al pequeño que no fuera a caer en la trampa. Luego se puso a bailar al son de la música.

Cuando Taewo se cansó, Kainde salió del bosque y ocupó su lugar sin que se diera cuenta, y aunque Abita ya estaba muy cansado, no podía dejar de bailar mientras los tamborcitos mágicos estuvieran sonando.

Cuando finalmente Abita cayó agotado, los Ibeyis le hicieron jurar que retiraría todas las trampas del mundo.

Así, salvaron a los hombres, quienes desde entonces le rezan por fervor para que alejen el mal y traigan la suerte, porque ningún otro orisha ha podido ganarle a Abita.

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