Dice Ifá: Evite la envidia, la avaricia y la irresponsabilidad ¡Buen Consejo!

Existió hace muchos años un hacendado que poseía muchas caballerías de tierras a su cargo.

Este las trabajaba haciéndolas producir prósperamente, por lo que su familia vivía de una forma acomodada.

Colindante con sus tierras vivía otra familia que poseía menos recursos que estos, siempre se mantenían expectantes a sus movimientos y en secreto sentían envidia de su suerte y de la vida en armonía que llevaban.

Pataki donde Orunmila castiga al irresponsable

La familia que poseía mayor nivel de vida le había entregado su hijo a Orula para que le enseñara los secretos de Ifá y el gran adivino se había encargado de inculcarle los valores necesarios para ser un buen Babalawo.

Cuando el niño iba de visita a su casa siempre estaba en compañía de un esclavo quien lo llevaba a pescar y a pasear por el campo para que el pequeño se distrajera olvidando la rutina.

Sus vecinos quienes estaban al tanto de esta situación pensaron contratar a unos bandidos para que lo secuestraran y así hacerse de riquezas y vengarse de la felicidad que sentía la otra familia.

Detrás de la envidia, existe mucha maldad…

Un día en un descuido del acompañante los bandidos secuestraron al niño y poco tiempo después comenzaron a pedir rescate por él.

Los padres desesperados por la situación de su hijo aceptaron todas las demandas que los bandidos les hacían y recolectaron una suma significativa de dinero para que le devolvieran al pequeño, llevando la misma a un paraje distante de su pueblo natal.

Los padres partieron al encuentro de los bandidos, quienes al cobrar el dinero entregaron al pequeño, aunque quedaron exigiendo un nuevo rescate por la libertad del hombre de la casa, quien suplantó el lugar de su hijo.

Orunmila encontró una solución e hizo pagar la deuda

La madre desesperada no sabía que hacer pues ya no le quedaba dinero, por lo que fue al pie de Orula para que este los ayudara.

Orunmila quien se había interesado por la situación buscó al esclavo y lo hizo responsable de pagar la nueva deuda que la familia había adquirido, como castigo por el descuido de haber abandonado sus obligaciones de cuidar al niño, motivo por el cual lo habían hecho prisionero.

Como el esclavo tampoco poseía recursos monetarios se vio obligado a trabajar para los bandidos la vida entera en pago a su irresponsabilidad, por lo que estos liberaron al hacendado aceptando los servicios del esclavo perpetuamente.