La cultura afrocubana y la religión yoruba poseen una historia centenaria en Cuba, llena de misticismo y leyendas.
Iniciada por los esclavos traídos desde África que, ante la prohibición de adorar a sus dioses, los sincretizaron con los santos católicos y conformaron una creencia muy propia de esta Isla caribeña.
La identidad nacional cubana se embarga así, del amplio relato de la constitución de la Regla Ocha en Cuba, que comenzó con Lorenzo Samá “Obbadimeyi” y Timotea Albear “Ajayi Lewú Latuán”, quienes a principios del siglo XX en el poblado de Regla unificaron los diferentes cultos yorubas en un solo Cuerpo Litúrgico.
Así, surgieron las Ramas pioneras de la Regla Ocha, “La Efushé” y “La Pimienta”, que luego incluyeron a varias sub ramas:
- Las Tortilleras (Adoradores de Inle y Agbata),
- Los Ewin Yimí,
- Los Culos Verdes también conocidos como Aigoró (fundada por Doña Caridad Omo Oshosi),
- Los Trapitos,
- Los Chales y Pamelas,
- Los Montones y Corales,
- Los Agbita,
- Los Ainá Yogbos,
- Los Efushé Atikeké,
- Los Efushé Warikondo,
- Los Aigoró y
- Los Abogados (pagaban un derecho por no llevar el chal).
Rama Efushé, reformando la Religión
Entre los principales exponentes de la Regla Osha en Cuba se encuentra Ña Rosalía Gramosa “Efuché Warikondó”, fundadora de la rama Egbado y conocida como la “Reformadora de la Religión”.
Debemos explicar que Ña, sinónimo de señora, fue un trato de distinción y cariño otorgado en Cuba a los ancianos nativos de África.
Se dice que fue ella quien introdujo la ceremonia “Adoshú Osha” que es la entrega de diversas deidades en la ceremonia de iniciación y propició la práctica de tirar el Dilogún dos veces para obtener el “odun compuesto”.
Ña Rosalía, como vemos, es reconocida por impulsar importantes adaptaciones estructurales entre los arará y los lucumí.
La Pimienta, herencia de nuestras raíces
Entre los inicios de la Regla Ocha también destaca la Rama de La Pimienta.
Aurora Lamar, Oba Tola, fue la fundadora de esta rama y una de las santeras más reconocidas de su tiempo, poseedora de una de las más grandes descendencias religiosas que todavía hoy, dejan huella en todas las esferas de la práctica de la religión yoruba en Cuba.
Junto a un Babalao llamado José Ramón Gutiérrez, allá por los años 50, crearon un plan de pago por sus consagraciones.
En la creación de esta rama de la Regla Ocha también se le otorga mérito a José Urquiola, quien era el padrino de la santera.
Ambas ramas, La Efushé y La Pimienta, fueron el inicio de las prácticas religiosas que nos representan hasta el día de hoy, parte de la historia que identifica nuestras tradiciones y costumbres africanas.