La Sociedad Secreta Abakuá también reconocida como Ñañiguismo recoge entre sus preceptos un estricto código de comportamiento y autodefensa.
Sus raíces están ligadas a otras religiones nacidas en África por ser cuna de múltiples civilizaciones, vinculándose entre sí mediante la veneración a deidades y espíritus ancestrales, puntos en los que confluyen estas religiones.
Antecedentes de esta rama religiosa
Los orígenes de esta vertiente religiosa se remontan a las sociedades secretas que habitaban en Nigeria en la región del Calabar, los carabalís fueron los primeros hombres jurados bajo esta secta secreta, siendo Ireme o diablito su figura representativa.
Que años más tarde llegara a Cuba a raíz del proceso de conquista y colonización.
Debido a la confluencia de tan diversas culturas y como consecuencia del proceso de mestizaje surge el criollo personaje autóctono y heredero de las antiguas tradiciones, de ahí la popular frase:
‘Quien no tiene de Congo tiene de Carabalí´.
Origen de la Sociedad Secreta Abakuá en Cuba
La secta de los Abakuás se fomentó en nuestra Isla a finales del siglo XX en La provincia de La Habana.
Acogió en sus inicios a hombres negros y mestizos aceptando entre sus miembros de forma excepcional a hombres de tez blanca.
Los primeros Abakuás cubanos fueron los descendientes de esclavos africanos residentes en la isla y su familia. Sus miembros eran hombres sencillos y trabajadores adaptados a las faenas duras.
Existen en Cuba alrededor de 123 plantes o juego, nombre con el que se identifica a la organización por territorios de los ñáñigos, en un inicio avistaron sus orígenes en el municipio de Regla y posteriormente se fueron extendiendo por el territorio nacional. Guanabacoa, Marianao, San Miguel del Padrón y Arroyo Naranjo son municipios capitalinos donde confluyen diversos plantes Abakuás.
La Regla de Oro de la Secta
La secta no admite que sean iniciadas en sus prácticas mujeres, ni homosexuales, aunque posean como sexo biológico el masculino, solo recibe hombres.
Sin importar cuál sea el origen del plante debe destacar el precepto de ser un hombre digno, buen hijo, buen hermano, buen padre y buen amigo. Cada juego tiene su propio sello que es su representación.
El respeto es una premisa importante en esta secta, el amor a la familia y la prohibición del adulterio. La buena conducta en la sociedad era una norma de rigor para poder iniciarse en sus prácticas.
Los Abakuás se rigen por una jerarquía la cual es inviolable comienza por el Indisme nombre que recibe el aspirante a entrar, mientras que se le llama Obonekúe al hombre ya iniciado en la religión.
Mitos sobre los Abakuás
La sociedad Abakuá se ha visto envuelta en numerosos mitos que colocan a sus miembros como tipos duros y valientes ante el ojo popular, precepto del que se han aprovechado sectores de la sociedad marginales los que han usado la religión como pretexto para cometer actos de deshonor, los cuales ensombrecen el prestigio que ganó el Ñañiguismo en antaño.
Fuentes bibliográficas informan que no era aceptado en la secta el hombre que hubiese estado en prisión, se admitían excepcionalmente al que había ido a la cárcel por cuestiones de honor, por haberse erigido esta secta en sus inicios como un culto a los buenos valores del ser humano.
El Secreto de esta religión hace imposible conocer a fondo todas sus características y lo que implica ser un Abakuá, pero cabe destacar que pertenecer a esta hermandad es de relevante importancia pues estos hombres son considerados los masones de África.
