Oración del Perdón mediante la Sangre de Cristo ¡Limpia nuestras faltas!

El perdón es una de las virtudes que profesa la fe católica, la cual fue inculcada a través de la imagen de su redentor.

Con el perdón el espíritu se eleva a planos de superación inalcanzables, el ser humano deja atrás el pasado creciendo como persona y evolucionando en la fe del amor al prójimo como a uno mismo.

Poniendo en alto las enseñanzas bíblicas que recogen numerosos pasajes de sacrificio, donde el perdón y el cambio fueron los estandartes que condujeron al pueblo cristiano hacia la victoria.

¿Qué significado guarda la Oración del perdón?

La soberbia como primer y magnánimo pecado capital sesga al hombre mostrándole que su existencia y virtudes son mayores y más sagradas que las de cualquier ser humano.

Pecado del que libera la oración del perdón, plegaria que nos recuerda que somos mortales, que cometemos errores, pero que Dios siempre estará ahí para nosotros, para guiarnos por el camino correcto y para enseñarnos que el cambio hacia un destino mejor y más feliz es posible.

¡El cambio es posible con fe y voluntad!

Muchas personas aseguran que el cambio no existe, más yo me atrevo a refutar humildemente ese criterio, pues con fe y voluntad se puede mejorar y hacer de nuestro destino un futuro más certero y cercano a la felicidad y a la acción de reconfortarse en la fe y en las enseñanzas del bien.

El cambio siempre será difícil y en el camino hacia la búsqueda de mejores y nuevos horizontes el ser humano se verá tentado, siendo la resistencia al retorno hacia el pasado la prueba de fuego que defina si se desea hallar sinceramente la redención de los pecados o no.

Poderosa oración del Perdón y Liberación

Me apropio de la palabra que dice que hay redención en su sangre.
Señor quiero que tú en esta hora me redimas, perdóname por alejarme de ti con mis actitudes, quiero abandonar esta vida que he llevado hasta hoy, me acojo a la promesa que dice: pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, ya la sangre de tu hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado, por eso reconozco que soy pecador y me arrepiento de todas las faltas cometidas hasta hoy.
Séllame con tu sangre, retira de tu presencia toda maldad que haya cometido ante ti haciendo lo que no te agrada, gracias por tu sangre liberadora. Amén.