Celebremos a Orula el gran Oráculo de Ifá en su día ¡Nuestro padre sabio!

El templo Yoruba se viste de gala el 4 de Octubre para festejar a su gran Oráculo Orunmila, el único Orisha que vaticina el futuro lanzando profecías sin equivocarse.

Esta deidad es la responsable de marcar un camino sobre la tierra para cada ser humano, teniendo a su vez la potestad de designar el ángel de la guarda de cada religioso.

El Orisha que trae estabilidad y salud al ser humano es Orula

Orula el santo que se identifica con los colores amarillo y verde llega a la vida de cada hombre para:

Enderezar los caminos que se encuentran torcidos,
darle estabilidad,
salud y
buena fortuna.

Este es el Orisha que se recibe luego de los guerreros, siendo el primer santo que le habla en estera al religioso, marcándole un itá rico en consejos que se mantiene vigente por el resto de la vida.

Orula es uno de los santos más adorados dentro del panteón yoruba

El gran adivino celebra su día el cuatro de octubre, momento en el que los devotos y los sacerdotes de Ifá acuden ante él para agradecerle por toda la ayuda recibida llevándole:

Flores,
velas,
dulces y
bebidas.

Orula es uno de los santos más adorados dentro del Panteón Yoruba y es ante él que los religiosos se presentan en búsqueda de una solución para sus problemas.

¿Cómo se prepara a Orunmila en la víspera de su día?

En la víspera de este día el religioso prepara a Orula limpiándolo con manteca de corojo y miel de abejas en partes iguales.
Al ir ejecutando el proceso el hombre va conversando con él y pidiéndole que derrame sobre su casa muchas bendiciones.
Luego de haber terminado la limpieza, Orula se coloca sobre una estera en el suelo.
Y se le encienden dos velas las que pueden ser blancas, amarillas o verdes.

No existe palabra más firme sobre la tierra que la de Orula

No existe palabra más firme que la de Orula, pues tarde o temprano lo que vaticina termina por cumplirse.

Los consejos que el adivino ofrece en el itá al religioso deben ser respetados pues en esta acción va el éxito de la vida de la persona sobre la tierra.

Quien es receptivo a sus palabras vive una vida tranquila, pero quien decide hacer oídos sordos a sus advertencias termina sumido en osogbos conducidos hasta su camino producto a su propia cabeza.