Carta de una mujer embarazada a Oshún: Bendice mi vientre e ilé

Yalorde santa Patrona de Cuba, Orisha protectora de la feminidad y de la miel de abejas, deidad más bella del Panteón Yoruba, gracias por permitirme la gran virtud de ser madre, de llevar en mi vientre y en mi corazón a una nueva vida que cuidaré tanto como la mía.

Te prometo, madre, que haré de este nuevo ser una persona digna de tu cariño.

Te suplico, madre, que me cubras con tu manto, para poder hacer una gestación saludable y tener un parto seguro, para luego del alumbramiento abrazar a mi bebé y hacerle saber de mi amor y de que nunca estará solo sobre la tierra porque yo lo protegeré y lo apoyaré con el favor de los Orishas y los Eggunes.

Con tus aguas madre dulcifica mi camino, líbrame de todo mal, desvía de mi bebé la enfermedad, el mal de ojo y protégelo de todos aquellos que quieran perjudicarlo hasta con el pensamiento.

Dale un futuro saludable, próspero, donde exista la felicidad y la paz, condúcelo por el buen camino para que se convierta en un ser humano de bien.

Hazlo una persona responsable, feliz, permite que comprenda el valor de las cosas y que sea capaz de apreciar el sacrificio que se ha de hacer para tener lo que se desea.

Deseo madre, que sea una persona empática y humana, que pueda aceptar la adversidad, enfrentarla y vencerla.

Te pongo madre la vida de mi hijo en tus manos, bendice mi embarazo y bendice mi hogar para que bajo el techo de mi ilé nunca falte la armonía, la tranquilidad y los buenos pensamientos.

Protege mi matrimonio para que mi hijo pueda ser criado con el abrigo de sus padres y si por azares del destino esa unión debe romperse que nunca le falte a mi bebé el amor de su padre y todos esos buenos conceptos que convierten al hombre en una persona honorable.

Oshún, con cada latido del corazón de esta nueva vida, estaré agradecida por tu grandeza, porque me has premiado con la mayor felicidad que existe, prometo ser digna de tanto honor.

Gracias, madre por tu comprensión y tu cariño, deseo que cada día de mi vida guíes mis pasos y me cubras con tu manto de girasoles para que tu luz me ilumine y tus sabias palabras me muestren el sendero correcto.