Desde antaño el hombre ha dedicado su vida al estudio de las costumbres y tradiciones religiosas con el fin de lograr agrupar el mayor número de vivencias posibles para que la futura descendencia se nutra de las ceremonias santorales y de Ifá en su esencia pura.
Siendo precisamente nuestros antepasados religiosos los que al tomar su forma espiritual decidieron pertenecer a las fuerzas sobrenaturales e invisibles de la madre naturaleza, adquiriendo nombres muy diversos en cada lengua y cultura.
Esta fuerza astral es precisamente la que ayuda a distinguir las características y las influencias de las creencias sobre la persona, invocando el poder de Iya Nla, nombre bajo el que se conoce a la energía ancestral que brota del estudio de la Religión Yoruba.
Iya Nla, armonía religiosa reflejada en la energía vital de la naturaleza
La fuerza superior que permite al creyente vivir en un ciclo equilibrado recibe el nombre de Iya Nla, esta atesora la armonía energética de todo ser vivo y los secretos más profundos de la religión Yoruba.
Es menester que el religioso conozca que Iya Nla en sí, no se considera un Orisha pero sí un pilar fuerte de la Religión Yoruba, pues es la forma existencial que garantiza que el conocimiento de esta rama no se estanque ni se extinga, sino que siga reproduciéndose de manera inalterable de generación en generación.
Los atributos, formas de adoración, culto y búsqueda de esta vertiente ancestral, se encuentran estrechamente relacionados con su capacidad para influir de forma positiva o negativa en el destino de los seres humanos.
¿Qué es Iya Nla?
Iya Nla es la energía capaz de crear vida asegurando el equilibrio en el planeta, se encuentra dotada bajo las enseñanzas milenarias de los secretos místicos de la Osha, los que se encargan de establecer un nuevo orden cada día posibilitando el surgimiento de las causas, los efectos y los cambios.
A través de sus conocimientos, Iya Nla es capaz de modificar el destino del mismo modo en que revierte los maleficios de forma natural, esta fuerza es capaz de invocar directamente a la justicia divina de Olodumare.
Esta energía brinda especial protección a la mujer y a la maternidad, debido a que la misma se describe y se considera como fuente de vida, se cree que esta deposita parte de su fuerza en el vientre materno favoreciendo mágicamente la llegada al mundo del neonato.
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