Los patriotas cubanos la veneraron como La Virgen Mambisa, desde su aparición entre 1612 y 1613, la Caridad del Cobre fue acogida en nuestra patria con gran devoción y desde ese entonces el pueblo cubano le dedica fervientes oraciones, rogándole en estas por la salud de los niños, el bienestar de las mujeres embarazadas, la estabilidad matrimonial y la unión de la familia.
Su hallazgo por los tres Juanes en la bahía de Nipe marcó un antes y un después en nuestra cultura, arraigándose su presencia en lo más profundo de nuestra identidad, tal es así que cada 8 de septiembre se celebra su día o festividad, hecho que hace desbordar nuestra pequeña isla con aroma de pétalos de girasoles y canela.
Amor y fe a la Virgencita del Cobre
La virgencita puede ser visitada en cada templo católico de Cuba, aunque su santuario original se erige en El Cobre en la oriental provincia de Santiago de Cuba, el cual abre sus puertas a los peregrinos todos los días desde su fundación el 8 de septiembre del año 1927.
Su color representativo es el amarillo, de ahí nace la costumbre de vestir a los recién nacidos de este tono cromático una vez dados de alta médica para egresar de la institución obstétrica, como muestra de agradecimiento a la santa por el abrigo y el procuramiento brindado bajo su manto durante los meses que transcurrió la gestación y el posterior parto.
Cabe señalar como hecho representativo que es frecuente nombrar a las neonatas Caridad sobre todo las nacidas bajo su santoral.
De igual forma el nombre y la imagen de Nuestra Señora de la Caridad han estado presentes en el arte a lo largo de nuestra historia, y en el cine cubano con películas como Miel para Oshún son muestra de lo antes mencionado.
Pintores, fotógrafos e ilustradores nacionales e internacionales han tomado su figura como portada de múltiples obras, mientras que diversos escritores la han honrado dedicándole versos y prosas.
Oshún es la Caridad
La virgen de la Caridad es sincretizada con la deidad del Panteón Yoruba Oshún, dueña de la miel, la maternidad y el amor.
Es identificada con el número cinco, ha sido designada dueña y señora de los ríos donde tiene su hogar, lugar en el cual recibe a sus hijos para iniciarlos en las prácticas de la santería.
Está relacionada con el oro y las joyas en general, por lo que se solicita su ayuda para solventar asuntos financieros. Se le ofrendan frutas como el canistel y la piña y viandas como la calabaza, pues según cuenta la leyenda esta es su alcancía favorita.
Es una deidad que aboga por resolver los conflictos con inteligencia y dulzura pues numerosas fuentes afirman que según ella son las dos principales herramientas que el ser humano debe emplear para obtener la victoria y superar cualquier obstáculo que se presente en la vida.
Honores a la Santa Orisha
Es frecuente llevar a su encuentro ofrendas florares de girasoles, por ser esta su flor favorita, aunque también recibe otras flores amarillas como por ejemplo las rosas, es gustosa de las velas doradas o amarillas, los dulces finos sobre todo los elaborados con almíbar, las fragancias exquisitas y las bebidas espumosas como la sidra y la cerveza.
Le complace la música instrumental y los mariachis, aunque su instrumento musical favorito es el violín, serenata que le es ofrecida con el fin de agasajarla y rendirle tributo.
Se le invoca bajo el repicar de las campanas por eso se dice que está presente en todas las uniones matrimoniales celebradas en las iglesias. El coral, las piedras de río y las piedras de cobre son sus elementos naturales por excelencia.
Para realizarle una petición es preciso abanicarla delicadamente antes y entonces solo así Cachita como cariñosamente es llamada accederá a escuchar el menester.
Reinas justas y protectoras
Oshún es una deidad protectora que vela celosamente por sus hijos y les ofrece consejos para orientarlos en el camino honrado de la vida.
Como buena madre no duda en hacerlos escarmentar cuando comenten una falta, pero de igual forma los recompensa en el momento preciso brindándoles nuevas oportunidades para rectificar sus actos y hacer el bien.
La Caridad como su nombre lo indica busca sembrar el amor fraternal, la virtud desapegada de amar al prójimo sobre sí mismo, se regocija en la bondad, en la misericordia, en la paz, en la aceptación y la comprensión sin juzgar a ningún ser vivo.
Las enseñanzas que la Reina y Patrona de Cuba busca inculcar a sus hijos están basadas en la benevolencia, la reciprocidad y la generosidad desinteresada valores que deben seguir siendo fomentados en cada lugar del planeta para que de esta forma el mundo siga siendo un lugar mejor cada día.
Autor: Ninette Fernández
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