¿Quién dio el primer soplo de vida a los hombres? ≫ Pataki de Obatalá

Olofin es la deidad que tiene potestad sobre los orishas y es la cabeza de las cosas que se relacionan directamente con Olodumare en la tierra.

Es el venerado padre sabio y para realizar cualquier acto, los orishas están obligados a tener su aprobación.

Está estrechamente relacionado con Olodumare que es el Dios creador, la fuente de todo lo que existe y con Obbatalá, el primer Orisha, a quien se le encomendó la creación del mundo.

Olofin es un nombre atribuido al mismo Olodumare, representa la expresión de la divinidad y aspectos diferentes del Ser Supremo en la Tierra.

Olofin es la manifestación en la Tierra de la Deidad, el que habla en su nombre, otorga y accede.

Patakí: Olofi, Obatalá y la creación de la vida

Cuenta este patakí que Obatalá, tras ser completada la creación del mundo, se encargó de la tarea que le confiara Olofin y comenzó a moldear en barro los cuerpos de los hombres.

Cuando terminara esa tarea, el Supremo Creador les infundiría a las estatuas el soplo de la vida para que la humanidad tuviera lugar.

Pero no conforme con lo que sucedía, Obbatalá quiso averiguar por qué no podía ser él quien completara la obra e infundiera la vida a los hombres que poblarían la tierra.

Obatalá espía a Olofin y es descubierto

Así que a Obbatalá se le ocurrió que podría espiar a Olofin para saber qué debía hacer para que aquellos cuerpos de estatuas de barro cobraran vida y con ello aumentar sus propios poderes.

Con su plan concebido, aquella noche Obatalá en vez de irse a dormir, se escondió en un rincón de su taller en espera de que llegara el Creador a darle vida a las estatuas.

Pero Olofin, que todo lo ve y posee poderes de dios, supo de la estratagema que había urdido Obatalá y lo vio en una esquina del salón espiando.

Allí le envió un sueño tan profundo que Obbatalá no se enteró absolutamente de nada de lo que pasó.

A la mañana siguiente, cuando Obatalá despertó, vio que todos los hombres tenían vida y comprendió que no podía saberlo todo y que había asuntos que no eran de su competencia.