Odúa siempre tuvo intenciones de visitar la tierra, aunque Olofin nunca aprobó ese deseo, pues él consideraba que no estaba listo para tal acción.
Después de mucho insistir sobre el tema, Olofin le dio permiso de hacerlo, pero solo si realizaba ebbó antes, sugerencia que Odúa ignoró completamente sin pensar en las consecuencias que podría sufrir.
Pataki donde Odúa se ganó la confianza de Olofin
Entonces un día en secreto se colgó de la capa de Olofin y junto a él descendió a la tierra.
La lluvia y el sol lo asediaron en el camino, pero él se mantuvo firme y sin hablar para que nadie lo descubriera.
Luego de unos días de aventura comenzó a pasar carencias sobre la tierra por lo que fue a visitar a Orula para que lo ayudase a salir de tal situación.
El oráculo de Ifá lo consultó percatándose que Odúa había desobedecido a Olofin y por este motivo debía realizar doble ebbó para mitigar su falta.
Odúa hace el «doble ebbó» que le marcó Orula para salvarse
Odúa aceptó sin dudar la propuesta de Orula y se realizó el ebbó, hecho que le permitió expiar sus pecados y regresar al palacio de Olofin, pero no ganarse su confianza.
En esos tiempos la tierra se había vuelto infértil, las mujeres no podían concebir y el agua comenzaba a escasear.
Viendo estos sucesos Olofin mandó a buscar al Orisha del destino para que lo aconsejara.
Cuando este estuvo en presencia de Olofin le comunicó que debía enviar un emisario a la tierra con el fin de pagarle un tributo, para que volviera a ser fértil y se normalizara la situación.
Odúa se ofreció voluntario para cumplir a cabalidad esta tarea, suceso que no despertó mucha alegría en Olofin pues claramente no confiaba en él, por creerlo desobediente e irresponsable.
El mandato de Olofi se cumplió correctamente bajo el poder de Odúa
El Orisha del destino añadió que era necesario que se le construyese una casa al enviado especial para que supervisara la regeneración de la tierra con sus propios ojos y de esta forma la sanación de la misma fuera efectiva.
Después de mucha insistencia Odúa bajó a la tierra y desempeñó tan bien su papel de emisario que Olofin lo premió regalándole su confianza nuevamente.
En pago a su labor realizada, los seres humanos le crearon un altar protegiéndolo de la lluvia, el sol y las demás inclemencias del tiempo, en gratitud por todo lo que había hecho por ellos.
Surgiendo de esta forma el culto de Odúa sobre la tierra.