San Pablo es reconocido como un Apóstol en la Iglesia Católica.
Este sin haber pertenecido al círculo inicial de los Doce Apóstoles logró ser reconocido como tal y como artífice de primer orden en la construcción y expansión del cristianismo en el Imperio romano.
Sus doctrinas fueron siempre sustentadas por el pensamiento y el análisis de los fenómenos, mostrando a su paso por todo el continente europeo un largo y prolijo epistolario, donde recogió gran parte de sus ideas y experiencias de vida.
Su pensamiento conformó el llamado cristianismo paulino, corriente religiosa nombrada así en su honor.
Debido a su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente misionero fue reconocido como uno de los grandes benefactores de fe dentro del cristianismo, encargado de llevar con fe la palabra de Dios a los corazones y a sus discípulos.
¿Qué se busca a través de la Oración a San Pablo?
Mediante la oración a San Pablo se hace un homenaje a toda su trayectoria como promotor de fe.
Se busca el regocijo en las doctrinas cristianas y se pide al Apóstol que muestre el camino que conduce hacia:
- El sendero de la paz,
- la espiritualidad,
- el amor al prójimo y
- la entrega al Todopoderoso como creador del hombre y del universo.
Esta oración fomenta la fuerza de voluntad y las convicciones en momentos de temores y dudas.
Oración poderosa a San Pablo Apóstol
Glorioso apóstol San Pablo, vaso escogido del Señor para llevar su nombre por toda la tierra, por tu celo apostólico y por tu abrazada caridad con que sentías los trabajos de tus prójimos como si fueran tuyos propios, por la inalterable paciencia con que sufriste persecuciones, cárceles, pasiones, azotes, cadenas, tentaciones, naufragios y hasta la misma muerte.
Por aquel celo que te estimulaba a trabajar días y noches en beneficio de las almas y sobre todo por aquella prontitud con que a primera voz de Cristo en el camino de Damasco te rendiste enteramente a la gracia, te ruego, por todos los apóstoles de hoy y que me consigas del Señor que imite tus ejemplos oyendo prontamente la voz de sus inspiraciones y peleando contra mis pasiones sin apego ninguno a las cosas temporales y con aprecio de las eternas, para gloria de Dios padre, que con el hijo y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.