Traer una nueva vida al mundo es una responsabilidad muy grande.
Ser madre es sin dudas una de las carreras que nunca terminan de estudiarse y en las que solo la vida te examina una y otra vez, llegando en muchas ocasiones a ponerte al límite.
A través de esta rogativa una madre pide protección para su bebé, deseando llegar a poder cumplir con creces la misión que Dios le ha conferido, encontrándose entre sus propósitos tener entre sus brazos a un pedazo de sí misma al que juró amar y proteger por siempre.
La madre ruega por la salud de sus hijos incluso cuando estos abandonan el hogar para labrar su propio camino, me atrevería a afirmar que no existe amor más puro que el de una madre por sus hijos.
Una mujer puede convertirse en leona cuando siente que una de sus crías peligra.
Es la madre el primer ser en sacrificarse por el bien de sus pequeños, no existe sosiego cuando no sabe de ellos, cuando por cuestiones ajenas a su voluntad debe estar lejos y consolarse con la ilusión de abrazarlos y volverlos a ver.
Las prácticas espiritistas aseguran que dentro del cuadro espiritual de una persona cuando su progenitora es fallecida esta se convierte en uno de sus espíritus guardianes, llegando a ser uno de los seres que más se apega al religioso con el fin de protegerlo y verlo feliz.
Hasta más allá de la muerte una madre se encontrará junto a sus hijos, pues no existe fuerza capaz de aniquilar el amor de una madre.
Oración durante el embarazo para proteger a una mujer y su hijo
Padre nuestro que estás en los cielos,
Veme aquí que llevo en mi seno a un niño pequeñito,
Débil y vulnerable que ya va transformando,
Todo mi cuerpo y mi corazón.
Gracias por habérmelo confiado,
Gracias por permitirme acogerlo.
Como María Acogió a Jesús,
En el día de la anunciación.
Gracias por permitirme acogerlo
Como mi madre me acogió
Cuando descubrió mi presencia
En lo más íntimo de sí misma.
Padre bueno que nos amas,
Estoy maravillada ante esta vida
Tan secreta y palpitante,
Tan frágil y llena de promesas.
Gracias por haberme dado los ojos del corazón,
Que me permiten desde ahora ver a mi hijo
Cuando todavía no es visible.
Padre lleno de bondad,
Ayúdame cada día a hacer lo que puedo hacer,
Para que este pequeñito sea feliz.
Te pido padre todas las gracias,
Poder transmitir a este hijo toda la fe,
Toda la esperanza, todo el amor,
Que llevo en mi corazón.
Por último, con mi hijo que antes que nada es tuyo,
Te pido padre mantenernos
Siempre bajo tu protección
Ahora y por siempre.
Amén.