Historia de Guerra y Amor entre la Diosa Oshún y el Guerrero Kawó Silé

La Historia de amor entre Changó y Oshún es una de las leyendas más polémicas dentro del Panteón Yoruba.

Como toda epopeya romántica se resume en diversos avatares del destino donde existió un profundo sentimiento a la par que se desataron conflictos y rivalidades entre los demás Orishas y claramente entre sus protagonistas.

Pataki de la bondadosa Oshún y su esposo Changó

En la tierra de Akore se vivían tiempos de mucha miseria, las necesidades básicas como la alimentación y los útiles necesarios para subsistir se tornaban muy difíciles de obtener, hecho que se suscitaba en la desesperación y el descontento de los habitantes de la región.

Perdidos entre tantas escaseces, los moradores de Akore habían perdido hasta la fe en la religión por lo que desconocían completamente a los Orishas.

Oshún muestra su bondad hacia el pueblo

La bella Oshún se percató de lo que acontecía y de las precariedades por las que pasaba el pueblo y decidió extender su manto sobre ellos con el fin de brindarles su ayuda para que los lugareños pudiesen atravesar la crisis que con tanta fuerza los golpeaba.

Con su fe protectora encausó al pueblo de Akore a creer nuevamente en la religión y con esto la situación que antes era totalmente insostenible fue cediendo poco a poco, ocurriendo ciertas mejoras.

Changó se entera de la traición que se tejía a sus espaldas

La ayuda que Oshún brindó al territorio marchito por la pobreza fue en absoluto secreto y a espaldas de su entonces esposo Kawó Silé, quien no se mostró contento ante tal traición.

Al percatarse que en Akore existían progresos el dueño de los Tambores Bata entró en cólera, puesto que las precariedades por las que transitaba su gente habían sido producto a un castigo que el mismísimo Changó les había aplicado años atrás.

Producto a la gran afrenta que había cometido su esposa decidió declararle la guerra y partió a dicha región con el fin de tomar justicia con sus propias manos.

Olofin decreta una tregua entre Oshún y Changó

Al llegar a Akore comenzó a ajusticiar a cada uno de sus moradores, Oshún al observar tales actos acudió ante Olofin para que aplacara la ira de su esposo poniendo fin a tan absurda guerra.

Olofin tomó partido inmediatamente y llamó a Oshún y a Changó con el fin de ajustar cuentas.

Ala santa dueña de la miel de abejas la felicitó y se mostró complacido por la ayuda desinteresada que había brindado a los desamparados, sobre todo por la labor caritativa que esta había desarrollado con niños y mujeres embarazadas.

Mientras que de Kawó Silé no pudo decir lo mismo, exclamando gran disgusto y decepción por lo que como castigo prohibió desde ese día que ningún hijo de Changó podría tocar a los descendientes de Oshún ni viceversa, en las ceremonias de la Osha como medida de tregua entre ambas deidades.