Ogbe Oche: El Iré y la Suerte llega por mediación de una Mujer

Orunmila recibió una mañana en su casa a un hombre que estaba pasando muchas necesidades y miserias.

Este era tan pobre que no tenía en ocasiones ni para comer, el oráculo lo consultó indicándole la realización de un ebbó el que debía depositar en la puerta de un castillo.

Pataki donde Orula marca ebbó y la fortuna llega a través de una mujer

Una vez realizado el ebbó fue tarea del hombre depositarlo en el castillo por lo que partió en su búsqueda.

En medio de su recorrido se percató que en las inmediaciones de su pueblo vivía un anciano solitario en un castillo pequeño por lo que decidió como este le quedaba más cerca, dirigirse en su dirección.

Lo que el hombre desconocía era que en esta fortaleza vivía la hija del anciano la que permanecía siempre en el interior de su hogar, por eso nadie conocía de su existencia.

El oráculo de Ifá marca Ebbó dos veces en busca de la prosperidad

Al estar en presencia del castillo el hombre depositó el ebbó en su puerta, al levantar la vista se percató que alguien lo observaba por lo que se esforzó en descifrar de quien se trataba.

Cuando el observador se acercó a la ventana del recinto el hombre pudo discernir que se trataba de una bella dama, a la cual saludó y posteriormente siguió el camino de regreso a su casa.

Pasados unos días el hombre acudió nuevamente a casa de Orunmila para que el gran adivino volviera a consultarlo, sacando por segunda vez el mismo signo.

Entonces Orula le preparó un ebbó que debía depositar de igual modo en la puerta de un castillo.

El hombre partió de regreso al castillo donde había depositado el ebbó por primera vez, lugar donde volvió a encontrarse a la bella joven.

Llega la abundancia y el iré por parte de una mujer

Bastó una mirada para que la chispa del amor se encendiera entre ellos y de esta forma el hombre comenzó a cortejarla todos los días.

En el momento debido el hombre pidió al padre de la joven la mano de la misma en compromiso y poco tiempo después contrajeron nupcias.

Para ese entonces el señor había heredado a su hija toda su fortuna, por lo que al momento del matrimonio el hombre se hizo rico y empleó parte de ese caudal para emprender un comercio y poder continuar ofreciendo a su esposa la vida acomodada a la que está estaba acostumbrada.

De esta forma el iré llegó a sus manos por parte de una mujer, que no solo le dio riquezas sino también amor.