Cuando Olodumare creó la tierra fueron sus hijos los Orishas quienes poblaron en primera instancia el gran planeta azul.
Todos llegaron a la esfera perfecta con la sed propia de lo inexplorado, con ansias de conocimiento y de placer, por lo que comenzaron a organizar reuniones para festejar su nueva vida, planteando la salvedad de que las mujeres no serían admitidas en los ansiados convites.
La Venus africana Oshún y su enseñanza a los Orishas
Oshún la diosa de la miel de abejas se sintió apartada y rechazada pues la misma consideraba un grave insulto el hecho de que las deidades femeninas no pudiesen participar en las reuniones y entonces a su mente afloró la interrogante de qué sería de los hombres sin el don divino de la creación que poseía el vientre femenino.
Por lo que decidió emplear sus poderes y su intelecto condenando a todas las mujeres a la esterilidad, con el fin de que los hombres comprendieran la importancia de darles a las mujeres en la sociedad el lugar que merecían.
La infertilidad del vientre materno angustiaba a los hombres
Angustiados los viriles Orishas acudieron ante Olodumare con el fin de plantearle la situación que los atormentaba, pues qué sería de la tierra y sus familias sin la posibilidad de la llegada de los descendientes, los que serían la continuidad del linaje de estos sobre el plano terrestre.
Olodumare preguntó si Oshún la diosa protectora de la maternidad participaba de los convites que se celebraban en la tierra y si estos consideraban a sus esposas y se mostraban corteses y atentos ante sus necesidades, interrogante que fue respondida con una negación.
Entonces el Supremo explicó a todos los Orishas la importancia que poseían las mujeres, por ser pilar fundamental de la vida, la familia y el trabajo.
Este confesó a sus otros hijos que Oshún la venus africana no solo reinaba sobre el vientre materno y el producto de la concepción, puesto que también lo hacía sobre la fertilidad de la tierra, los negocios y el amor y que sin obtener la aprobación de esta santa no existiría la prosperidad sobre la tierra.
Los Orishas comprenden el poder de la Diosa Oshún
A su regreso a la tierra, los Orishas invitaron a Oshún para participar de sus reuniones tomando en cuenta sus consejos y opiniones, respecto a los temas ahí discutidos, del mismo modo se estableció el derecho de la mujer de poseer voz y voto ante las decisiones tomadas.
Acto seguido a la instauración de estas nuevas normas de convivencia Oshún se contentó y comenzó a florecer todo a su paso, los vientres maternos se prepararon nuevamente para acunar vida en su interior, las cosechas se tornaron prósperas y los negocios obtuvieron grandes y positivas evoluciones.