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Regla de Palo Monte, respeto a los antepasados

Regla de palo monte

Usualmente escuchar el término “paleros” trae a nuestra memoria un respeto casi reverencial por una de las expresiones religiosas más fuertes en Cuba.

Una mezcla de temor y admiración va dirigida a quienes practican la Regla de Palo Monte.

Las leyendas citadinas pueden poner los pelos de punta al más bravo, pues cuentan que son ellos los que se comunican con los espíritus de los muertos y estos los ayudan a llevar a cabo las encomiendas de la religión.

Historias de espíritus, de apariciones y de fuertes hechizos rodean a la Regla de Palo Monte.

Debemos comenzar explicando que esta expresión religiosa, se originó en el reino del Congo y otras monarquías subordinadas de origen Bantú y su adaptación en Cuba es también un elemento de transculturación, en la que surgieron con la iniciación de los criollos otras vertientes como la Kimbisa y la Brillumba, hasta llegar a la Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje.

¿Qué distingue a la Regla de Palo Monte?

Lo que distingue a los paleros o practicantes de la Regla de Palo Monte, es la vinculación con las fuerzas de la Naturaleza, a cuyos elementos consideran animados por espíritus.

El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga, recipiente donde se encuentra el alma de un muerto sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto beneficioso para ambos.

Es el Tata Nganga o Tata Nkisi, quien puede realizar ceremonias de «rayamiento» o iniciación y así conducir a un grupo religioso. Para ello se apoya en otras jerarquías menores de consagrados, como el Bakofula ayonfombe y el Ngueyo, quienes junto al resto de los «ahijados» forman la Casa.

Otro elemento importante en esta expresión religiosa son los símbolos gráficos de carácter sagrado o firmas, que se usan para identificar a los espíritus, antepasados y orichas. Los devotos de Palo Monte, indican que en las firmas están representados los poderes sobrenaturales y expresan la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto.

El Palo Monte y sus adeptos

Sus representantes son los llamados paleros, mayomberos o nganguleros, quienes se rigen por un panteón de deidades de origen fundamentalmente bantú.  “Mpúngos” se les llama y son Espíritus superiores que equiparan a los Orishas.

Actualmente ciertas prácticas dicen que las personas que quieran incursionar en la santería deben primero “rayarse en palo”. Así, la iniciación o “Juramento” debe tener lugar en el monte bajo una ceiba e incluye la preparación, la visita al cementerio, el Rito principal, la preparación de la vista, la posesión por el espíritu del muerto, la entrega del “gajo” y la comida fúnebre.

En conclusión, la regla de palo monte trabaja básicamente a través de la manipulación de muertos y de materiales de la naturaleza insertados en un objeto llamado nganga, definido por los estudiosos como un “caldero mágico” que contiene, entre otras cosas, partes de un muerto, es decir de un esqueleto humano.

Diversidad de ritos

Palo monte posee una diversidad de ritos y prácticas que se agrupan en 3 tendencias rituales, llamadas mayombe, briyumba y kimbisa.

Los paleros subrayan que la rama mayombe “trabaja” con elementos muy “fuertes” y “negativos”, a lo que hoy se le da el nombre popular de “brujería”.

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